Voces como la del fiscal general de Estados Unidos han criticado el exceso de demostración de fuerza por parte de la policía local ante «una mayoría de manifestaciones pacíficas».
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© AFPBarack Obama ha afirmado que « considerará si el Gobierno debería seguir proporcionando ese tipo de equipos »
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha ordenado una exhaustiva revisión de la estrategia por la que el Gobierno habilita que la policía local pueda portar equipos militares avanzados, según han dado a conocer hoy altos funcionarios estadounidenses a los medios de comunicacón The New York Times y CNN.

Dos semanas después de que comenzaran las protestas por la muerte del joven negro Michael Brown en Ferguson (Misuri), donde los manifestantes se enfrentaron a una policía equipada con rifles de asalto y vehículos militares, Obama ha ordenado una revisión de esa política que se generalizó después de los ataques del 11-S en 2001.

El estudio, liderado por la Casa Blanca, «considerará si el Gobierno debería seguir proporcionando ese tipo de equipos y, si es así, si las autoridades locales tienen la formación suficiente para usarlos de forma apropiada», indicó el diario, que cita a altos funcionarios de la Administración de Obama.

Durante una declaración ante la prensa el lunes, Obama adelantó que consideraría «útil revisar cómo han funcionado los fondos» proporcionados por el Gobierno a la policía, «para asegurar que lo que están comprando son cosas que realmente necesitan» y evitar que se «diluya la frontera» entre el Ejército y la policía local.

El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, opinó hoy en un comunicado enviado al New York Times que «las muestras de fuerza en respuesta a manifestaciones mayoritariamente pacíficas pueden ser contraproducentes».

«Tiene sentido echar un vistazo a si los equipos de estilo militar se están adquiriendo por los propósitos correctos y si hay una formación adecuada sobre cómo y cuándo emplearlos», apuntó Holder.

La revisión incluirá un programa del Departamento de Justicia que proporciona subvenciones a los departamentos de policía para comprar equipos y armamento, y también otro programa del Pentágono que traslada directamente ese equipamiento militar a las agencias locales.

Bajo ese último programa, inaugurado en pleno auge de la «guerra contra las drogas» en 1990, el Departamento de Defensa puede transferir a las policías federales, estatales y locales «armas pequeñas y munición».

No obstante, a partir del 11 de septiembre de 2001, el programa, conocido como 1033, creció al calor de la lucha contra el terrorismo y ahora permite equipar a los equipos de policía con aeronaves, gafas de visión nocturna y vehículos resistentes a bombas o minas.


Comentario: Y teniendo en cuenta que el 11-S fue un ataque de falsa bandera para emprender, entre otras cosas, una mayor militarización de la seguridad. Directamente, podemos asegurar que esta preocupación de Obama por la militarización de la policía local es PURO TEATRO.
Cada vez más y más gente está al tanto de que el ataque "terrorista" del 11-S fue orquestado por líderes psicópatas y no por unos muñecos kamikazes. Se le ha comparado con el atentado a Pearl Harbor, que también fue planeado y ejecutado por el gobierno de Estados Unidos. Más y más latinos saben hoy en día que las dictaduras en América Latina no fueron el producto aislado de unos locos tiranos, sino que esos últimos fueron entrenados y apoyados por Estados Unidos, que bien explotó la situación y el choque emocional de esos tiempos.

Se sabe también que la guerra en Irak se basó en una mentira, y causó la muerte de alrededor de un millón de civiles inocentes (adultos y niños), a quienes nuestros líderes suelen referirse como "daño colateral". A veces nos preguntamos si aquellos que aceptan este término sin chistar permanecerían tan inmóviles si el daño colateral fuese su propia familia algún día.
Pues bien, ese día ha llegado a Ferguson.


El secretario de Defensa, Chuck Hagel, mantiene «la mente abierta» sobre el programa porque «comparte la preocupación del presidente sobre la posibilidad de que se diluyan las líneas entre el Ejército y la policía local», indicó el portavoz del Pentágono, John Kirby, al rotativo neoyorquino.

La revisión encargada por Obama llega en un momento en el que el Congreso también ha decidido aumentar el escrutinio de esos programas.

El viernes, la senadora demócrata por Misuri Claire McCaskill anunció que en septiembre mantendrá una audiencia sobre los programas que permiten la militarización de la policía en el Comité de Seguridad Nacional del Senado.