RTmie, 05 nov 2014 09:37 UTC
El excongresista de EE.UU. Ron Paul asegura que el sistema político estadounidense cada vez se parece más a un monopolio ideológico y se atreve a dar consejos sobre cómo cambiar la situación.© REUTERS / Robert Galbraith
En una entrevista a
RT, el excongresista de EE.UU. Ron Paul ha asegurado que las elecciones en
EE.UU. no tienen nada que ver con la lucha de políticos con las diferentes opiniones, como pasa en otros países. "Si el representante de un tercer partido que no sea ni demócrata ni republicano empieza a tener éxito en algún lado, ellos hacen todo para que no sea así", afirma el excongresista. "Es un monopolio. Y no permiten otra opción".
En relación al sistema político, Paul asevera que los dos partidos principales de EE.UU. no tienen realmente muchas diferencias. "¿Qué están haciendo con nuestros jóvenes? Los mandan por todo el mundo involucrándolos en las guerras y diciendo que deben promover elecciones democráticas", constata Paul. "
Pero aquí, en casa, no tenemos una verdadera democracia. Hay un monopolio de ideas controladas por los líderes de dos partidos. Decimos dos partidos, pero en realidad es uno con la misma filosofía".
Sin embargo, aún hay esperanzas de poder cambiar la situación. Deben aparecer personas dispuestas a introducir ideas diferentes al 'establishment' estadounidense. "Los estadounidenses pueden acabar con el monopolio de los republicanos y demócratas y promover ideas alternativas".
En relación a las elecciones de mitad de mandato, el excongresista ha confesado que no sabe qué partido logrará la mayoría pero sí se muestra seguro de que
triunfará el 'statu quo': el monopolio ideológico.
Comentario: Sería muy bueno que los estadounidense promuevan ideas alternativas, pero la probabilidad de que eso suceda es muy baja, ya que, luego de siglos de alienación bajo el mando de políticos patológicos y propaganda masiva combinada con una alta tasa de seguidores autoritarios que no cuestionan el
status quo, la misma población pierde el sentido común y su capacidad para reflexionar racionalmente acerca de la realidad que les rodea. Lobaczewski explica como sucede esto en su libro
La Ponerología Política:
Los factores patológicos en un proceso originador del mal pueden entrar en juego a través de cualquier fenómeno patológico conocido, o aún no lo suficientemente investigado, o bien mediante ciertos problemas patológicos que la medicina no incluye dentro de la psicopatología. Sin embargo, su influencia en un proceso ponerogénico no depende solamente dela obviedad o de la intensidad de la condición. Por el contrario, la mayor actividad ponerogénica es generada por factores patológicos cuya intensidad es posible detectar mediante métodos clínicos, pero que el entorno social aún no considera de carácter patológico. Eso reduce tácitamente la capacidad del portador de cierta patología para controlar su conducta, lo cual le permite ejercer un efecto sobre los demás, traumatizando su psique, fascinándolos, provocando el desarrollo inadecuado de su personalidad, incitándolos a albergar emociones vengativas o generándoles ansias de castigo. Una interpretación moralista de estos agentes y de su legado se opone a la habilidad de la humanidad para observar las causas del mal y para combatirlas con sentido común. Esta es la razón por la cual identificar esos factores patológicos y dejar al descubierto el modo en que actúan puede frenar, a menudo, sus funciones ponerogénicas.
En el proceso del origen del mal, es posible que los factores patológicos operen desde el interior del individuo que ha cometido un acto dañino; la opinión pública y la justicia reconocen fácilmente ese tipo de actividad. Pero no se presta demasiada atención a la manera en que actúan las influencias exteriores que ejercen los portadores de patologías sobre las personas y los grupos, a pesar de que desempeñan un papel sustancial en la génesis del mal. La condición para que se active una influencia de esta índole es que se interprete la característica patológica de manera moralista, es decir, en oposición a lo que dicta su verdadera naturaleza. [...]
En el transcurso de su vida, y, en especial, durante la niñez y la adolescencia, cada persona asimila material psicológico de los demás a través de la resonancia mental, la identificación, la imitación y otros tipos de comunicación, transformándolo luego para construir su propia personalidad y su visión del mundo. Si dicho material se encuentra contaminado por factores patológicos y por trastornos, el desarrollo de la personalidad también será anormal. Como resultado, la persona en cuestión será incapaz de comprenderse correctamente a sí misma y a los demás, y no entenderá adecuadamente la moral y las relaciones humanas; se convertirá en un ser humano que comete actos malvados, lejos de sentir que ha obrado mal. ¿Es acaso realmente responsable de sus actos?
Las más antiguas y comunes debilidades morales, las deficiencias a nivel intelectual, el razonamiento adecuado y el conocimiento de una persona se combinan con diferentes factores patológicos para crear una red compleja de causa y efecto que, con frecuencia, contiene relaciones mutuas entre las variables o estructuras causales complejas.
Andrzej M. Lobaczewski
La Ponerología Política: Una ciencia de la naturaleza del mal adaptada a propósitos políticos
Vea también:
* Patocracia mundial, seguidores autoritarios y la esperanza del mundo
* ¡Es involución, cariño! Yendo a ninguna parte bajo la dirección de los psicópatas
* Psicópatas en el poder: El parásito del súper-organismo humano
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