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Luego de la cumbre del G-20 en Australia, que no fue más que una emboscada contra Putin y donde la misma no dejo ningún resultado para lo que fue creada, se dispararon los ataques en contra de Moscú el cual en señal de protesta la abandona y decide no continuar en el juego de occidente.
La contra ofensiva internacional encabezada por los EEUU no se hizo esperar, los ejercicios militares en Polonia acompañados de sendas declaraciones del vocero de la gendarmería mundial (OTAN) Jens Stoltenberg, el cual con su presencia motivó a la presidenta de Lituania a usar tonos fuertes contra Rusia, dejando entre líneas claras que
el ritmo de las amenazas buscan debilitar claramente la moral diplomática de Moscú.La creciente escala militar en el este de ucrania por parte de Kiev y los operativos contra los separatistas y la población civil ponen en riesgo los acuerdos de paz. Por otro lado el vicepresidente de los EEUU usa con más fuerza los tonos de la orquesta guerrerista aumentando aún más la tensión en Europa, una vez que ejecutan estos ataques mediáticos se proponen como posibles pacificadores en ucrania dejando ver claramente la hipocresía de la diplomacia estadounidense.
Los latidos de los perros de la guerra de la OTAN en Europa no tienen el más mínimo efecto sobre Rusia ya que este ha sabido maniobrar los dos aspectos que lo colocan en la supremacía mundial. El primero el de las armas y de todo el ejército con gigantescas maniobras y despliegue tácticos de misiles balísticos intercontinentales que apuntan a los países pro imperialistas que coquetean y danzan en el baile de la guerra del pentágono y el segundo aspecto es la diplomacia que ha permitido poco a poco desenmascarar al belicoso de occidente y sus aliados de Europa ante toda la opinión pública mundial. Estos dos aspectos unidos a un nuevo elemento clave en la política exterior de Rusia el cual es penetrar o poder influir en los grandes socios petroleros de los Estados Unidos y es por esto que se recibe al canciller saudí con el objetivo de crear estrategias que acaben con la fluctuación inducida de los precios del petróleo y que estos mismos no afecten la producción tanto de los que se encuentran en el cartel de la OPEP y de los que producen fuera del mismo.
No es de extrañar que esta política de tonos de guerra usada contra Rusia y además de las sanciones estén unida al plan de interferir en los precios del petróleo y así tratar desde adentro de quebrar la economía rusa, lo que indica que el escenario que se avecina es seguir profundizando sobre el tema de ucrania pero el trasfondo de todo es quebrar por un todo la economía rusa dado que esta misma depende del petróleo y gas para cubrir la mitad del presupuesto de la federación.
Ahora bien todos estos escenarios muestran que los aliados petroleros en el golfo saben que Rusia juega un papel geopolítico importante y debido a esto cualquier acción que use el gobierno estadounidense en contra de alterar el orden mundial afectaría en primer lugar a los aliados europeos y los del golfo,
entonces todos estos movimientos en el tablero geopolítico mundial creados y ejecutados por las grandes agencias de inteligencias al servicio de las trasnacionales financieras sujetas a hacer cumplir las doctrinas estadounidenses al pie de la letra y así ir dejando el terreno limpio para que Washington busque crear un desorden económico y caos mundial para continuar con la supremacía que ha ido perdiendo y para esto es necesario borrar del mapa al enemigo histórico de occidente en Europa el cual es Rusia y así girar a dominar por todos los medios el mercado y territorio asiático.
Comentario: Sin embargo, en tal actitud desesperada, el Imperio es incapaz de ver que se está hundiendo a sí mismo mientras pavimenta el camino a su destrucción. Podríamos especular que Rusia es capaz de ver esto, por ende, sabe que no necesita hacer demasiado para que las acciones lleven a las consecuencias inevitables; más que seguir desenmascarándolos como lo han estado haciendo Putin y Lavrov en los últimos tiempos.
Vea, por ejemplo:
Comentario: Sin embargo, en tal actitud desesperada, el Imperio es incapaz de ver que se está hundiendo a sí mismo mientras pavimenta el camino a su destrucción. Podríamos especular que Rusia es capaz de ver esto, por ende, sabe que no necesita hacer demasiado para que las acciones lleven a las consecuencias inevitables; más que seguir desenmascarándolos como lo han estado haciendo Putin y Lavrov en los últimos tiempos.
Vea, por ejemplo: