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Ya sabemos que estamos en cierta medida 'programados' por los genes que nos transmiten nuestros padres y que hay genes que determinan el color de los ojos o hasta probablemente la tendencia a la infidelidad. También la predisposición a las creencias religiosas puede depender de los genes.

El profesor emérito de la Universidad de Cambridge, Robert Rowthorn, se ha planteado una cuestión: ¿Cómo puede influir el alto nivel de fertilidad entre las personas religiosas en la evolución genética de la humanidad y, por consiguiente, en la composición biológica de la sociedad?

El término "gen religioso" usado por Rowthorn comprende una combinación de factores genéticos que marcan la predisposición de las personas a ser fieles de alguna religión. Este gen va acompañado también por características personales como el conservadurismo y un espíritu tradicional, tendente a la obediencia.

El científico ha desarrollado una teoría que demuestra que los genes responsables de la inclinación a la religión provienen de las culturas religiosas con alto índice de natalidad. Aunque algunas personas nacidas de padres religiosos renuncian a la fe y se hacen ateos, los genes de la religiosidad que llevan seguirán extendiéndose por la sociedad.

La natalidad entre los fieles suele ser mayor que entre los que llevan una vida laica, según Rowthorn. Pero la predisposición individual a la religiosidad no se rige sólo por los genes. "Los genes no son el destino", dice el profesor y añade que a menudo las personas 'genéticamente fieles' renuncian a la religión por la influencia del contexto cultural o histórico.

Según una investigación realizada en 82 países en el marco del programa World Values Survey, hay 2,5 hijos por cada adulto que asiste a misa y sólo 1,67 por cada ateo o agnóstico. Si los dos padres tienen el "gen de la religiosidad" es muy probable que sus hijos también lo tengan, pero no siempre. Lo mismo pasará en las familias de padres no creyentes cuyos hijos pueden tener el gen o no.

De todas maneras, si los portadores de dicho gen tienen hijos con otros ateos, el gen puede pasar al ADN de sus descendientes igualmente. Por eso el científico concluye que incluso si desaparecieran por completo los fieles de confesiones religiosas, la mayor parte de la población tendría el "gen religioso".

De momento el profesor Rowthorn no se atreve a aventurar qué significa eso para la civilización en el contexto del mundo moderno, tan complejo y con tantas culturas y modelos sociales diferentes.