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La mayor organización no gubernamental de Alemania, "Ayuda contra el Hambre en el Mundo" (Welthungerhilfe), afirmó que el mundo no aprendió de la crisis alimentaria de 2008, y los precios de los alimentos siguen subiendo. "Ayuda contra el Hambre en el Mundo", fundada en 1962, ha financiado desde entonces con mil 900 millones de euros (dos mil 582 millones de dólares) unos cinco mil 500 proyectos de ayuda al desarrollo en 70 países de África, Latinoamérica y Asia.
La organización cuenta con el sello de calidad que otorga a las organizaciones alemanas de ayuda al desarrollo el Instituto Central Alemán para Cuestiones Sociales. Tiene su sede en Bonn. Su meta es combatir el hambre y la pobreza en el mundo bajo el principio de ayuda para la autoayuda. Su presidenta es la exalcaldesa socialdemócrata de esa ciudad, Bärbel Dieckmann, y su vicepresidente es el exComisionado de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y ex ministro de Medio Ambiente en el gabinete, el alemán Klaus Töpfer.
Töfper presentó el libro de la organización Manual de la Alimentación en el Mundo y lanzó un llamado a la comunidad internacional para que actúe e impida los perjuicios que están causando los especuladores con los alimentos.
"Es indispensable que se rechace y se aísle a quienes especulan con los alimentos en las bolsas", dijo el político demócrata cristiano. Colocó el acento en que los aumentos masivos de precios que están experimentando esos productos y que afectan principalmente a las personas en los países pobres.
Nuevo paradigma
Llamó asimismo a que se lleve a cabo un cambio de paradigma en el mundo de forma que se pase de las distorsiones actuales en los países pobres y ricos a una agricultura y una alimentación sustentable. "Hablamos de un mundo globalizado, pero ese mundo está más dividido que nunca: en el norte, la alimentación es errónea, y en el sur, insuficiente", dijo y puso de relieve que casi mil millones de personas están hambrientas en el mundo.
Töpfer dijo que se necesita poner fin a la sociedad del desperdicio y planteó la pregunta de cuánto tiempo se ha permitido a las sociedades del norte del planeta tirar a la basura todos los días alimentos o dejarlos echarse a perder en vez de alimentar con lo suficiente a tanta gente en el mundo.
Indicó que para ello es necesario proporcionar ayuda a la agricultura en los países subdesarrollados así como inversiones en la investigación del agro. Manifestó que deben cancelarse las subvenciones a las exportaciones agrícolas porque dificultan o hacen imposible a las personas del mundo en desarrollo vivir de lo que producen.
Demandó mayor transparencia para evitar la especulación con alimentos así como mayores superficies de cultivo en el mundo en desarrollo. "Se debe dejar en claro que influencia tiene eso en el destino de innumerables personas", dijo al presentar el libro titulado Manual de la Alimentación Mundial.
Señaló que la organización puso de relieve prácticas actuales a las que criticó tales como destinar un tercio de la producción de cereales a la alimentación de animales. Subrayó que el esquema de producción y de alimentación que práctica el mundo occidental está caracterizado por el exceso y el desperdicio, y por un enorme consumo de energía para la producción de alimentos.
Así como por una producción de alimentos altamente industrializada y un consumo de alimentos sin muchas propiedades nutritivas para el ser humano. La Socióloga Babita Sinha, quien trabaja en India para la organización alemana, presentó proyectos que han tenido resultados concretos en el pueblo de Sarwan, denominado como Pueblo del Milenio por los proyectos para el desarrollo que se llevan a cabo en él.
Inversiones en la producción de leche, agua para el riego y cultivo de nuevos tipos de alimentos han conseguido que aumente el ingreso y que disminuya el hambre. Además se aplicaron esquemas de cultivos sustentables como por ejemplo el llamado "Sistema de Doble Rendimiento".
Se sembraron juntos trigo y mostaza, dos productos que son complementarios.
Esta es la cuarta vez que la organización pública el Manual, que contiene análisis sobre la situación de la alimentación mundial y caminos que pueden conducir fuera del hambre. En la obra colaboran expertos en economía, finanzas, educación e investigación y políticos.Níger, asignatura pendiente.
Necesaria intervención
La tasa de desnutrición permanece alta en Níger pese a una buena cosecha, destacó una evaluación conjunta de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos.
El informe, publicado por la FAO, urgió a la comunidad internacional a ayudar al país africano.
Dijo que el gobierno de Níger, con el apoyo de la ONU, lanzó una intervención humanitaria en 2010, que amortiguó los efectos de una crisis alimentaria y nutricional que puso en peligro a más de siete millones de personas y amenazó los medios de subsistencia de los campesinos y pastores.
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