Traducción de Ciencia Kanija

Los análisis sugieren que pueden aún existir remanentes de los inicios del universo que hayan ardido lentamente.

Hablando de luces trémulas del pasado, algunas de las primeras estrellas del universo pueden seguir iluminando la Vía Láctea 13 400 millones de años tras su formación, según sugiere una nueva simulación.

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El estudio, del que se informa on-line el 3 de febrero en la revista Science y que fue publicado en arXiv.org el 28 de enero, contradice la visión predominante sobre que las primeras estrellas eran todas enormes y ardían brillantemente y agotaban su combustible en pocos millones de años.

En sus simulaciones, Paul Clark de la Universidad de Heidelberg en Alemania, y sus colegas demostraron que las nubes de gas de los inicios del universo podrían haber forjado varios embriones estelares en lugar de uno. Clark, junto con Thomas Greif del Instituto Max Planck de Astrofísica en Garching, Alemania, y otros colaboradores confirman lo encontrado en un artículo publicado en arXiv.org el 31 de enero.

Las estrellas bebé de cada nube estaban estrechamente espaciadas, y el equipo sugirió que su gravedad mutua podría sacar a los embriones de menor masa del grupo estrechamente empaquetado - antes de que ese bebé tuviese una opción de crecer para formar una estrella masiva de vida corta.

Unos pocos de estos expulsados, estrellas de bajo peso, podrían haber sobrevivido hasta la actualidad - si lograron acumular una masa no superior al 80% de la masa del Sol a partir de su nube natal, comenta Clark.

Otros investigadores dicen que tienen algunas dudas sobre las conclusiones. "Éste es un resultado interesante y tentador, pero no está basado en la física computacional, sino en una suposición ad hoc", sobre la evolución de los discos que rodeaban las nubes de nacimiento de las primeras estrellas, defiende Michael Norman de la Universidad de California en San Diego. Tras revisar el artículo compañero enviado por el mismo equipo de investigación a Nature, Norman dice que aconsejó a la revista no publicarlo.

Aunque Clark y sus colaboradores simularon un periodo más largo de formación de las primeras estrellas que otros equipos - los primeros 100 a 1000 años de un proceso que duró varios cientos de miles - aún no es lo bastante largo para determinar el peso final de las estrellas primordiales, dice Tom Abel del Laboratorio del Acelerador Nacional SLAC en Menlo Park, California. La técnica de simulación usada por los investigadores en el artículo de Science no es tan rigurosa, matemáticamente, como otros métodos, incluso aunque pueda estudiar el proceso de formación estelar durante más tiempo, añade.

Si alguna de las primeras estrellas sobrevivió hasta hoy, su brillo no requeriría un telescopio excepcionalmente grande para captarlo, dice Simon White del Instituto Max Planck de Astrofísica, coautor del artículo de arXiv. Pero hacer una identificación positiva, no será fácil, añade. Sólo espectros de alta resolución podrían distinguir estrellas primordiales, las cuales contendrían sólo hidrógeno y helio, de las estrellas jóvenes que contienen trazas de elementos más pesados, apunta.

Y en caso de que estén ocultas del plano de visión, los astrónomos necesitarían desarrollar una estrategia para determinar cuáles de los cientos de millones de estrellas del centro de la Vía Láctea es más probable que sean primordiales, señala White.