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Anunciada como la máxima prioridad del gobierno para el año, la estabilización de los precios en China enfrenta hoy el reto adicional de una sequía que afecta varias provincias de gran importancia en la producción de trigo.

En medio de las celebraciones por el reciente advenimiento del Nuevo Año Lunar, el presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao, transmitieron mensajes respecto a la necesidad de realizar los mayores esfuerzos frente a ese fenómeno al recorrer algunas regiones azotadas. Los llamados en ese sentido responden a una dura realidad: ocho son las provincias que sufren escasez de lluvia desde octubre pasado: Hebei, Shanxi (en el norte), Jiangsu, Anhui, Shandong (este), Henan (centro), Shaanxi y Gansu (noroeste).

Recientes precipitaciones y nieve en algunas de ellas poco aliviaron esa situación enfrentada con la siembra de nubes y el desvío de agua hacia las áreas más necesitadas, la construcción de pozos e instalaciones de riego, entre otras medidas apoyadas con más de mil millones de dólares.

Si el número de territorios habla por sí solo, otras estadísticas relacionadas con su participación en la cosecha nacional de trigo dicen más. De acuerdo con informaciones oficiales, esta sequía, la peor en algunas zonas en seis décadas, afectó siete millones 730 mil hectáreas del trigo de invierno en las ocho provincias, equivalentes al 42.4 por ciento del área con ese cultivo.

Las plantaciones del cereal en esos territorios representan más del 80 por ciento del total del país de la referida temporada. Una de las mayores preocupaciones es que esta anormalidad se extienda hasta la primavera y se convierta en una amenaza para la producción de verano. Ante esa posibilidad, ya se aplica un programa de asistencia a las áreas golpeadas por la adversidad climática, incluido el envío de expertos y ayuda material para mitigar las afectaciones.

Con vista a elevar la producción, el gobierno decidió además elevar en cerca de 22 por ciento el precio mínimo de compra para los granos cosechados en 2011.Los esfuerzos con ese fin responden a la lógica subrayada por el primer ministro de que cualquier reducción en la producción de cereales por el citado factor podría suponer un obstáculo para controlar los precios.

Las autoridades están conscientes de que la cosecha de cereales y oleaginosas de verano es crucial para reducir las presiones inflacionarias y estabilizar la producción de los primeros durante todo el año. Para tener una cosecha de verano, la tarea apremiante es proteger de la sequía al trigo de invierno, advierten.

La meta asociada a los precios destaca en la agenda del gobierno como la máxima prioridad luego de un año en el que su aumento constituyó una preocupación, a pesar de las medidas aplicadas para detener esa tendencia. China registró un alza interanual de 4,6 por ciento en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en diciembre, tras elevarse 5,1 en noviembre, el mayor incremento en 28 meses.

En el último mes de 2010, los precios de los alimentos, que representan una tercera parte de los productos tomados como referencia para calcular el principal barómetro de la inflación, subieron 7,2 por ciento al compararlos con los de diciembre de 2009, aunque bajaron respecto a los de noviembre. El año cerró con un aumento de 3,3 por ciento en el IPC, superior en 0,3 a la meta oficial.

Debe recordarse que China es el mayor productor y consumidor de trigo del mundo, por lo que cualquier anormalidad en su cosecha puede incidir también en el mercado internacional al ser el país más poblado del planeta (sus habitantes superan los mil 300 millones).

Sin olvidar que de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los precios mundiales de los alimentos alcanzaron el mes pasado su nivel más alto en 20 años. Al compararlos con los de diciembre, crecieron 3,4 por ciento y llegaron a 231 puntos en el índice establecido por esa entidad, superior al máximo de 224,1 de junio de 2008.

En el caso de los productos oleaginosos y los cereales, los incrementos fueron de 5,6 y 3.0 por ciento, respectivamente, ante una merma en la oferta de trigo y maíz, afectados por malas cosechas. Válido entonces cuanto hace China frente a la sequía, no solo para beneficio propio, sino para el de otros consumidores. Bien merece que la Naturaleza la acompañe en estos esfuerzos.

(*) El autor es corresponsal jefe de Prensa Latina en China.