Imagen
© Desconocido
Más que sentir mariposas en el estómago, el amor que experimenta cada humano trasciende en una violenta reacción química que se genera en algunas regiones del cerebro.

Más que sentir mariposas en el estómago, el amor que experimenta cada humano trasciende en una violenta reacción química que se genera en algunas regiones del cerebro, cuyas reacciones son motivadas por la adrenalina, dopamina y serotonina, las cuales son secretadas desde el hipotálamo.

De acuerdo con algunos estudios en medicina neurológica, el amor podría tener caducidad en el proceso químico que se genera, incluso sus efectos duran aproximadamente dos años, pero algunos especialista no comparten esta idea debido a que cada individuo actúa de manera diferente hacia el amor.

Según Natalia Aguillón Cabañas, médico especialista en neurología y egresada de la Universidad Autónoma de Nuevo León, el amor somete al cerebro en tres fases; la primera es la del "deseo", en donde se involucran dos hormonas sexuales: los estrógenos y la testosterona, estás secreciones determinan el placer y el gusto por la persona.

La especialista explicó que una vez concluida la fase del deseo, los estímulos químicos que produce el cerebro lo conllevan a la etapa de la "atracción o enamoramiento", en este período es cuando se producen los sentimientos, a través de las sustancias químicas que secreta el cerebro.

Como la adrenalina, ésta sustancia es la responsable de alterar todo el sistema nervioso, incluso las palpitaciones cardiacas aumentan además genera sudoración en todo el cuerpo.

La dopamina es capaz de bloquear el entendimiento del enamorado, de manera que los sentidos pierden el tiempo y espacio al ver a la persona deseada.

Cuando los niveles de serotonina descienden, (tercera sustancia que genera el cerebro), es debido a que la dopamina se encuentra en niveles altos y esto ocasiona que la persona enamorada actúe de manera obsesionada hacia el ser amado.

La tercera etapa es el "apego", esta etapa es la definitiva debido a que están relacionadas dos sustancias, la oxitócina y vasopresina, desarrollando un vínculo de apego.

El amor y el tiempo

Para las antiguas culturas, tales como la griega incluso la civilización Azteca, veneraban a los "Dioses del Amor", los cuales concedían el bienestar de la divinidad, a través del amor.

Los romanos consideraron a Cupido cómo el dios del Amor.

Es representado como un niño, llevando con un arco y una flecha, con la cual dispara y produce la atracción entre una pareja.

Eros, considerado por los griegos, como el encargado del amor y el sexo, promueve la armonía, el orden y la atracción entre el hombre y la mujer.

La Iglesia Católica declaró a San Valentín (Santo cristiano del amor, la amistad y los enamorados).

Los Aztecas veneraron a Xochiquetzal, "Diosa del Amor", fue hija primigenia de la primera pareja de Dioses Aztecas.

Xochiquetzal vivía en un monte, en donde había un árbol frondoso, el cual daba flores que al ser tocado ungía a los creyentes de felicidad y amor.