Por primera vez desde 1980 se eleva a más de mil el número de movimientos de la derecha radical contra las minorías en Estados Unidos, según revela un informe del Centro Legal Sureño sobre la Pobreza (SPLC por sus siglas en inglés). Se observa por segundo año consecutivo un crecimiento de los llamados 'grupos de odio', empujados por los conflictos raciales y la frustración por la situación económica en el país.

En 2010 ya se registraron 1.002 'grupos de odio', un aumento del 7,5% en comparación con los 932 del año anterior, y del 66% con respecto a los existentes en el año 2000.

"Los 'grupos de odio' rebasaron la cifra de mil por primera vez desde que el SPLC empezó el recuento de tales grupos en los 80", señaló el director del organismo, Mark Potok.

La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) revela, sin embargo, que el número de crímenes por odio racial en 2009 disminuyó en comparación con el año previo, en especial en lo referente a las agresiones contra los ciudadanos de origen hispano, que suponen el 62,4% (6.598 casos en total que provocaron 8.336 víctimas) de todos los delitos con motivaciones racistas .

Los movimientos de la derecha radical se intensificaron a pesar de que varias organizaciones conservadoras arrebataron algunas de sus señas de identidad a los extremistas, como ocurre con la iniciativa de la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, de promover la ley anti inmigración, considerada por el SPLC como las más dura que se recuerda.

Los legisladores de varios estados también tratan de sacar adelante nuevas iniciativas para, por ejemplo, eliminar el derecho a obtener la ciudadanía por nacimiento y anular la consideración de las leyes islámicas en los tribunales.

Los 'grupos de odio' enumerados en el informe del SPLC generalmente incluyen a los neonazis, nacionalistas blancos, neoconfederales, skin-heads racistas y separatistas del movimiento negro. También se recogen otras organizaciones que centran sus objetivos en homosexuales o inmigrantes y aquellas que producen propaganda revisionista del Holocausto o música racista.