(España) - Esta cordillera mantiene aún casi 600 hectómetros cúbicos de agua helada, más del cuádrulple que hace un año.
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© Fabián SimónCumbres nevadas en el Pirineo aragonés.
El Pirineo sigue siendo, a las puertas del verano, un gran embalse de agua helada, con unas cifras inusuales para esta época del año. Según el último registro facilitado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), las cumbres de esta cordillera cuentan actualmente con casi 600 hectómetros cúbicos de nieve,más del cuádruple que hace un año y casi el doble del promedio del último quinquenio para estas fechas del año.

La cifra es aún más sorprendente si se tiene en cuenta que, durante gran parte del pasado invierno, la nieve escaseó en el Pirineo y se resisitió a llegar. Las nevadas se resistieron a llegar hasta entrado el mes de febrero, pero desde los primeros días de ese mes hasta mediados de marzo descargaron con profusión. En apenas un mes, de mediados de febrero a primeros de marzo, la cantidad de nieve acumulada en el Pirineo se disparó desde los menos de 600 hectómetros cúbicos hasta los más de 1.500.

Ha sido un año climatológicamente singular en las cumbres de esta cordillera. Este año, en abril volvieron a caer copiosas nevadas que reforzaron el manto blanco en sus montañas.

Todo esto ha hecho que, a estas alturas del año, con los termómetros subiendo en buena parte de Aragón incluso por encima de los 30 grados, el Pirineo siga siendo un gran nevero. Mantiene todavía unos 590 hectómetros cúbicos de agua en forma de nieve, cifra que contrasta con los 136 que tenía hace justo un año, o con los 331 hectómetros cúbicos de media que se dio en el último quinquenio en estas mismas fechas del año.

De esos casi 600 hectómetros cúbicos de nieve que en este momento acumulan las cumbres pirenaicas, algo más de 200 se concentran en el tramo aragonés de la cordillera, y el resto en su tramo catalán.

La gran cantidad de reservas de nieve que conserva el Pirineo en estos momentos refuerzan la bonanza del actual año hidrológico en la cuenca del Ebro, en la que sus embalses se encuentran al 84% de su capacidad máxima, también por encima que como estaban el año pasado y más que la media de los últimos cinco años.

Los embalses del margen izquierda del Ebro, los que reciben el agua de deshielo del Pirineo, rozan actualmente el 83% de su capacidad máxima. Guardan en estos momentos 3.760 hectómetros cúbicos de agua, unas reservas que garantizan cómodamente los riegos y suministros diversos para los que están concebidos. Y a ellos irán llegando en las próximas semanas los caudales añadidos de la fusión nival, que serán generosos a tenor de la nieve que aún acumulan las cubres del Pirineo.