Uno de los momentos más recordados de la mítica saga cinematográfica de El Padrino es el de la cabeza de caballo en la cama del productor de Hollywood. Es cine. Sin embargo, en ocasiones, la ficción trasladada a estos tiempos modernos de redes sociales, WhatsApp y otras plataformas, si no se ve superada por la realidad, poco le falta. Manuel Soler es un agente veterano del Cuerpo Nacional de Policía. Durante décadas de servicio ha tratado de buscar la reforma de una institución que, a su juicio, precisa de abrirse y ser más progresista. En los últimos días ha vivido su particular escena de película mafiosa. Alguien que denomina grupo incontrolado dentro del cuerpo, decidió convertirlo en una de las víctimas del atentado de Niza. En condiciones normales se podría pensar en una broma de mal gusto. En el caso de Soler no.
director general de la Policía, Ignacio Cosidó
© EFEEl director general de la Policía, Ignacio Cosidó, vuelve a estar en el centro de la polémica.
El montaje, con foto incluida en una noticia falsa del diario 'El País', corrió como la pólvora en redes sociales y círculos policiales. "Yo soy una persona conocida en el mundo policial y sindical, inquieto e incómodo para ciertos sectores de la policía y la administración", comenta a ELPLURAL.COM. A su juicio detrás de este hecho se encuentran "quienes se oponen a esa reforma", añadiendo que no gustan "mis palabras, mi activismo desde el Observatorio Ciudadano Contra la Corrupción y ahora desde el sindicato progresista que acabamos de crear (Agrupación Reformista de Policías)".

"Esto es un aviso"

Él ha denunciado públicamente este y otros hechos contra su persona y se muestra contundente al afirmar que el montaje de su muerte que este lunes denunciará en los juzgados de Alicante, "es un aviso temerario por parte de quien lo haya confeccionado que considera mejor que esté muerto que vivo". Precisamente a través del Observatorio se ha hecho público un comunicado sobre el asunto bajo el título de 'Mafia Policial', además de un escrito dirigido a sus amigos ('Carta pública a un cobarde execrable').
policia españa
© El País
En 2014, con otros compañeros de profesión, puso en conocimiento de la Dirección General de la Policía, bajo el mando del 'popular' Ignacio Cosidó, una serie de episodios que "se llevaban a cabo contra nosotros". La única respuesta que obtuvieron fue el incremento de los insultos y vejaciones contra ellos. De la Dirección, ni una palabra. Ante ese silencio, Soler decidió poner el asunto en manos de los tribunales y ahora "hay diligencias previas abiertas en un juzgado de Benidorm, tras mi denuncia porque nadie me ha ayudado. Son 11 funcionarios policiales con nombres y apellidos".

Campaña organizada

"Todo está conectado. Habrá alguien en Madrid que no está de acuerdo conmigo como agente veterano e involucrado en los movimientos progresistas", indica y se muestra convencido de que "todo es una campaña perfectamente organizada" y dirigida por ese "sector conservador".

A pesar de sus años de servicio reconoce que este último episodio le ha hecho mella. "Esto afecta, cómo no va a afectar". No obstante, hace un llamamiento a los funcionarios policiales progresistas "para que se unan y luchen por un trado de igualdad y para que se acabe con el miedo impuesto" por los mencionados sectores. Insiste en que todo lo que ocurre "tiene que ver con la ideología". Es como en tiempos en los que dominaban actitudes poco amigas de la democracia. "Esos movimientos contrarios a que se reforme la policía olvidan que cuando sucedió el 15M los agentes luchaban contra un movimiento social"; aquello ha traído cambios y esa es una de las claves para Soler. "Muchos de los que estaban frente a nosotros hoy son diputados". Lamenta que "esos incontrolados no se percaten de que la sociedad se está transformando con cambios necesarios, y que la policía también tiene que adaptarse".

Grupos parapoliciales

Parece evidente que ese sector conservador no lo acepta y, lo que es más preocupante, no está dispuesto a admitirlo. Un buen ejemplo de esto podría ser lo que se conoció estos días atrás acerca de ese grupo que parecía actual al margen del resto de la policía siguiendo directrices políticas. Soler rechaza de plano estas acciones. "No es de recibo que aparezcan grupos parapoliciales al margen de lo que son nuestras funciones. El policía que está en la calle, sufriendo la meteorología, de noche... los entre 50.000 y 60.000 agentes están al margen de esos otros grupúsculos minoritarios que crean los políticos de turno y que trabajan para otros intereses que no son el pueblo".

"Todos tenemos miedo"

La noticia de su muerte en el atentado de Niza parece una advertencia. Manuel Soler admite que "en el fondo todos tenemos miedo de que estas personas incontroladas en nuestra institución que se permiten hacer esto te pueden ocasionar un trastorno". Como si alguien le hubiese avisado de cómo pueden ir a por él habla de los habituales controles policiales en carretera. Los critica y denuncia desde hace tiempo, reclamando un control de la fiscalía sobre ellos. "Imagínese y lo digo públicamente por si me ocurre para que quede constancia, que voy sólo o acompañado y en uno de esos controles resulta que determinados agentes, tras parar el vehículo, acceden a él y colocan algo que luego puede conllevar algún problema grave". No admite que algún compañero le haya puesto sobre aviso de que podría llegar a sucederle. Sin embargo, reconoce que "apenas circulo por donde se mueven estos policías incontrolados". Será por si acaso.