"A mi juicio, no hay duda de que John Brennan y otros sabían qué estaba pasando en Turquía (y) claro que teníamos algo que ver con ello", dijo Wilkerson a Sputnik.
Especificó que "o estábamos aconsejando desde dentro contra ello, lo que ocurre de vez en cuando, o estábamos desde dentro influyéndolo convincentemente, o algo intermedio".
Comentario: La frescura y naturalidad con la que este exfuncionario habla sobre cómo opera la CIA es pasmosa y las implicancias de sus declaraciones son descomunales. Turquía como miembro de la OTAN ha sido un aliado fundamental para EE.UU. en el Oriente Próximo. La sola sugerencia de que EE.UU. intentó clavar un puñal por la espalda a Erdogan patea el tablero de ajedrez por los aires y obliga a reconsiderar cualquier previsión que uno hiciera con miras a los eventos venideros. Un EE.UU. sin las bases militares en Turquía es un EE.UU. que verá muy debilitada su agenda en Oriente Medio (Siria e Irak fundamentalmente). Al mismo tiempo un eventual acoplamiento de Turquía a las políticas pacíficas y descentralizantes de Rusia sería un revés para el imperio estadounidense del cual le llevaría un buen tiempo recuperarse.
EEUU, continuó Wilkerson, hace mucho tiempo que institucionalizó los golpes como un medio rutinario político y militar para erradicar Gobiernos problemáticos opuestos a los intereses de Washington."No pienses que no sucede ya que una vez institucionalices las operaciones encubiertas como lo hicimos, una vez que llegues a ser la nueva Roma como lo hicimos, te verás enredado en estas operaciones ineludiblemente", mencionó.
El ex alto funcionario recordó que 58 operaciones secretas se realizaron bajo las órdenes del director de la CIA Bill Casey durante la presidencia de Ronald Reagan.En 1953, agregó, la CIA organizó el derrocamiento del primer ministro iraní Mohammad Mosaddeq y lo mismo puede estar ocurriendo ahora en Caracas, Kiev, Ankara, Damasco y Bagdad.
El martes el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Mark Toner, desmintió la información de los medios de comunicación sobre la presunta implicación de Washington en el fallido golpe militar en Turquía que se saldó con 232 muertos y más de 1.500 heridos, según los últimos datos oficiales.
Comentario: ¿Qué ocurrirá de cara al futuro? Difícil saberlo. Apenas sofocado el levantamiento el gobierno turco ha comenzado una cacería de todos los participantes directos e indirectos en el intento de golpe de estado. Si este proceso no se lleva a cabo con la adecuada mesura existe la posibilidad de que se transforme en una cacería de brujas y se atente severamente contra los derechos humanos; esta situación abriría una puerta a EE.UU. y Occidente para deslegitimar el gobierno de Erdogan y eventualmente poner en marcha alguna de sus famosas revoluciones de colores para desbancarlo.
Turquía debe desensamblar al gobierno paralelo instituido por EE.UU. a través de la OTAN en su territorio cuidando las formas y evitando utilizar esta labor como una forma de fortalecer la figura presidencial e instalar un estado de corte policial en el que los derechos civiles se vean seriamente afectados.
Sólo resta esperar y ver que tan bien maneja esta situación el presidente turco y que tanto aprovecha los recientes lazos estrechados con Rusia.
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