Nacida en Murcia, criada en Cartagena y completada su formación académica en Madrid, a Inmaculada Martínez no le ha importado residir en la capital de España, desplazarse a Murcia para trabajar y volver a Madrid para seguir trabajando. No sólo porque el ajetreo demuestra que está inspirada por una clara voluntad sino porque, pese a la dificultad, ella nunca se ha sentido atrapada en su trabajo. Madre de familia numerosa y de carácter decididamente positivista, aplica en su vida aquella máxima con la que Séneca combatía el conformismo: «No es que no nos atrevamos a hacer las cosas porque sean difíciles sino que son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas», decía el sabio cordobés.

-¿Se inspira en Séneca para llevar adelante las tareas con esa sonrisa casi permanente?

-Pues no conocía ese aserto, pero sí, me viene bien.
[Coincidiendo con el 'Día de la Mujer Trabajadora, Inmaculada Martínez ha presentado esta semana los resultados de su último trabajo de investigación, 'Movilizad@s', en el que han colaborado otros dos investigadores de la Universidad de Murcia, así como cuatro profesoras de universidades de Tarragona, Alicante, Madrid y Extremadura. El planteamiento de fondo consistió en estudiar si la tecnología móvil introduce cambios en la relación de género.]

-¿A qué conclusiones han llegado?

-A que el uso del móvil provoca más estrés en la mujer que en el hombre. ¿Por qué? Porque en los hombres el uso del móvil opera como frontera que separa la vida laboral de la personal, mientras que la mujer superpone ambas facetas lo cual le supone una carga de gestión añadida. La mujer, y curiosamente así lo reconoce, lleva la vida familiar a todas partes y en todo momento.

-Pero la publicidad de telefonía móvil señala que ésta ayuda a la conciliación de los ámbitos laboral y privado.

-Nosotros queríamos saber si es verdad esa disolución de fronteras. Y hemos detectado que realmente las mujeres tienen una sensación contradictoria, porque, sí, por una parte el móvil lo ve necesario, lo asume, pero le provoca estrés.
[Y, como ha dicho, así lo reconoce la propia mujer, según se refleja en el estudio llevado a cabo en Murcia, Alicante, Barcelona. Madrid y Badajoz en el que han empleado como metodología las informaciones directas de una veintena de expertos, el análisis de 34 'spots' publicitarios, así como grupos de discusión y entrevistas en profundidad con un centenar de mujeres comprendidas en cuatro franjas de edad. La conclusión quedó reafirmada: «La tecnología móvil no ha ayudado a que la mujer concilie sus mundos laboral y familiar, más bien al contrario, porque quiere dar abasto a todo. Todo lo interioriza, todo lo funde y se va añadiendo tareas».]

-O sea, lo contrario de lo que dice la publicidad de las operadoras.

-Es que la publicidad sobre móviles es muy estereotipada: muestra los extremos, a la mujer 'pija' y a la gestora del hogar. No es falta de competencia: es que a un creativo le resulta mucho más fácil llegar a su público objetivo mostrando los extremos.

-Como profesora de publicidad ¿lo justifica?

-Hombre, es más fácil descodificar el mensaje poniendo los extremos, pero no debería hacerse así. La publicidad quiere ayudar a vender, bien, pero sepamos que esa visión estereotipada de mujer 'pija', rubia, guapa, joven o decorativa, es una parodia pero no la sociedad. Entre ese extremo y el de la mujer gestora del hogar hay montones de grises que, claro, son más difíciles de presentar en un 'spot' publicitario.

-Volvamos al uso del móvil en la mujer. Habrá diferencias según edad ¿no?

-Claro, claro, la edad es un factor determinante. No es lo mismo la mujer que ya ha nacido con la digitalización que el resto de mujeres. Hay dos grandes grupos: entre los 10 y 28 años (que llamamos 'nativas digitales') y a partir de los 30 años hasta casi los 50 en cuya franja han conocido el momento tecnológico (las llamamos 'emigradas digitales') y el resto, a las que denominamos 'exiliadas digitales'. Y, por supuesto, el estudio no define a todas y cada una de las mujeres, es imposible la uniformidad, porque también hay mujeres de edad avanzada que están a la última. En general las mujeres usan más el móvil para potenciar sus lazos afectivos, familiares y sociales con sus redes más cercanas.

-Parece que no tiene mucho remedio que hombres y mujeres seamos diferentes.

-[Ríe] Somos iguales en derechos y en posibilidades, pero diferentes y, por tanto, el impacto del móvil también es diferente. Lo que pasa es que el mensaje publicitario presenta a la mujer solo como consumidora, cuando está claro que la mujer puede optar perfectamente a cualquier carrera tecnológica.

-¿Está la publicidad en un momento creativo?

-Ahora, en los medios tradicionales, la publicidad se basa principalmente en hacer imagen de marca y ahí lo hace muy bien, pero hoy en día las empresas no se limitan a la publicidad porque hay muchas más herramientas de comunicación. Para hacer una buena estrategia no es tanto cuestión de recursos como de imaginación. El momento publicitario es creativo. En Murcia, concretamente, hay algunas agencias que compiten a nivel internacional.
[Y se marchó a clase. Después le esperaban variadas tareas. Aunque es verdad que comparte su cuidado y el del hogar con su marido, también profesor, ahora resulta ser que su gran aliada para conciliar trabajo y niños es la nocturnidad. Una vez que la despiertan los llantos o la hora del biberón, aprovecha la tranquilidad de la noche para avanzar en sus tareas universitarias -«y me cunde mucho», dice- por eso no es de extrañar que conteste y escriba correos a las 4 o 5 de la mañana. Inmaculada acepta los retos, conciliándolos a base de esfuerzo: la palabra clave en los personajes de esta serie de entrevistas.]