El volcán Turrialba cumplió este miércoles 65 días de actividad continua, en la cual predomina la salida constante de ceniza, acompañada de gases y vapor de agua, comunicaron la Red Sismológica Nacional (RSN) y el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori).
turrialba
Imagen de archivo
Los residuos, debido a los constantes cambios en la dirección del viento, está cayendo - sobre todo - en los alrededores del cráter y en el Parque Nacional Braulio Carrillo y la región del Caribe.

Un informe emitido este miércoles por la RSN reveló que la condición del volcán sigue evolucionando hacia un sistema más abierto, lo que implica que los conductos están mas amplios y el magma "ha podido ascender paulatinamente hasta profundidades más someras", sin detallar a que profundidad.

El volcán Turrialba incrementó su actividad desde septiembre del 2016. Los días 27 y 28 de octubre la emisión de ceniza fue constante.

Como parte de las cambios que se están dando en el coloso, de nuevo este martes en la noche, las cámaras de monitoreo del Ovsicori captaron resplandecencia en la salida de material.

La entidad, en su página oficial en Internet, explicó de que se trata de gases y vapor de agua, los cuales al salir y debido a la alta temperatura que impera dentro del cráter (entre 300 a 500 grados Celsius) se les observa luminosos. Se descartó de que se trate material fundido o lava llegando a la superficie.

Antecedente

El volcán Turrialba, que se mantuvo en reposo durante décadas, empezó en 1996 a dar señales de mayor actividad, pero no fue hasta el 2007 en que empezó a volverse intensa.

La primera erupción importante ocurrió el 5 de enero del 2010 y luego, por la fuerza interna, se abrieron dos conductos nuevos en la pared interna suroeste. Posteriormente, en Turrialba siguió con ciclos de erupciones anuales en el 2011, 2012 y 2013.

Para los especialistas, el 29 de octubre del 2014 marca el inicio de una actividad mucho más constante del volcán. Ese día hubo una erupción que duró 13 horas y que concluyó con una emanación muy fuerte de 25 minutos. A partir de ese momento, las erupciones anuales pasaron a ciclos con intervalos de 2 o 3 meses de calma relativa.

Sin embargo, desde mayo de este año la actividad se tornó mas sostenida y se prolongó hasta inicios de agosto. De nuevo entró en actividad el 13 de setiembre la cual se ha mantenido hasta este miércoles.

La RSN informó que al iniciar los ciclos de mayo y setiembre hubo erupciones que alcanzaron los 4.000 metros de altura sobre el nivel del cráter.

Qué sigue

En el informe de este miércoles, la Red detalló que de continuar esa evolución, se podrían esperar erupciones mayores que oscilarían entre los 5.000 a 8.000 metros de altura.

El pueblo de San Gerardo, que está a la entrada del Parque Nacional Volcán Irazú, con 200 pobladores, es la región que más ha sufrido los embates de la ceniza emanada por el volcán Turrialba. Caminos, cultivos, lecherías y hasta las casas de los pobladores han sido afectadas por el material volcánico. / Fotos: John Durán.

Ese material, se estima, estaría cayendo en un radio de entre 2 a 5 kilómetros alrededor del cráter, donde está prohibida la permanencia de particulares.

También existe la posibilidad, señaló la RSN, de que la actividad continue como hasta ahora hasta y que entre de nuevo a un período de reposo, sin que necesariamente se llegue a una erupción mayor.

Mauricio Mora, uno de los especialistas de la RSN, dijo que la actividad sísmica dentro del cráter se mantiene, lo cual es un indicador de que persisten los movimientos de fluidos.

Agregó de que en las últimas semanas han tenido problemas con el monitoreo visual, que se hacía con una cámara ubicada a 500 metros del cráter. "Debido a la caída de cenizas se quedaba sin servicio. Eso nos obligó a quitarla. La vamos a trasladar a unos 800 metros de distancia en una nueva ubicación", explicó.

En tanto, otra cámara que tiene el Ovsicori y la cual captó la resplandecencia del martes en la noche, este miércoles también estaba fuera de servicio debido a la ceniza.