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Miles de personas permanecían entre los escombros de sus casas mientras que en muchos lugares, en el quinto día después del terremoto, comenzaban a escasear los alimentos, informaron testigos.

La llegada de un frente frío y la nieve agudizaron la situación de las víctimas del terremoto en el nordeste de Japón, donde fuentes policiales citadas por la agencia de noticias Kyodo indicaron hoy que el número de muertos en el devastador terremoto del viernes aumentó a 4.312 en 12 prefecturas.

A medianoche (hora local) de hoy 8.606 personas seguían desaparecidas. El número de víctimas continuará aumentando inevitablemente, señalaron las autoridades. El jefe de gobierno, Naoto Kan, habló sin embargo de más de 10.000 desaparecidos. En muchas partes, las fuerzas de rescate aún no pueden actuar porque siguen inundadas, informó DPA.

Miles de personas permanecían entre los escombros de sus casas mientras que en muchos lugares, en el quinto día después del terremoto, comenzaban a escasear los alimentos, informaron testigos. Hubo escasez de electricidad y medios de calefacción. Por la noche, las temperaturas habían caído claramente bajo cero. En las prefecturas de Miyagi y Fukushima soplan vientos leves en dirección este.

Además, hoy se registró una nueva réplica del terremoto del viernes pasado, específicamente en la región de Kanto, donde se encuentra Tokio.

El fenómeno, de magnitud 6,0, se sintió a las 13:00 y tuvo su epicentro a 95 kilómetros al este de Tokio, informaron las autoridades en la página web oficial.

En las regiones costeras en las que la destrucción que dejó el terremoto es extrema, comienza ahora la búsqueda de los desaparecidos.

En total 80.000 efectivos -soldados, policías y bomberos- operaban hoy en las áreas afectadas. Los equipos de rescate trabajaban a unas temperaturas muy bajas por debajo de cero grados centígrados.

Las fuerzas de rescate perdieron ya las esperanzas de encontrar gente con vida entre los escombros.

Se estima que unos 430.000 japoneses viven desde el fuerte terremoto del viernes y el consiguiente tsunami en más de 2.400 refugios de emergencia. La industria de la construcción japonesa anunció que erigirá 32.000 viviendas de emergencia en los próximos días. En todo el país, hay actualmente 1,6 millones de personas sin agua corriente.

En las provincias costeras de Miyagi y Iwate las personas luchan día a día por su subsistencia. "Las personas sencillamente no tienen ni tiempo ni fuerzas para seguir permanentemente las noticias. Están demasiado ocupadas con mantenerse calientes, tener alimento suficiente y estar seguros", relata el corresponsal de dpa Lars Nicolaysen por teléfono. "La prioridad es ahora mismo la supervivencia diaria".

Miles de soldados japoneses trabajan en la remoción de escombros de las calles. "Son muy eficientes, están haciendo mucho", dijo el fotógrafo Piotr Onak, que se encontraba en la región afectada. Sin embargo, es difícil acercar alimentos y agua porque no hay gasolina. En muchas localidades, los estantes de los comercios están vacíos.

Por su parte, el gabinete japonés aprobó el plan por el cual los reservistas del Ejército serán enviados a las zonas afectadas por el terremoto, informó Kyodo. El gobierno también se manifestó a favor de la colaboración de médicos extranjeros en las zonas en crisis.