La colaboradora de la cadena estadounidense Fox News, Judith Miller, se ha convertido en el blanco de las críticas de los internautas tras criticar la decisión del presidente saliente de EE.UU., Barack Obama, de conmutar la sentencia a Chelsea Manning. "¿Cuántas personas han muerto como resultado de las filtraciones de Manning?", se preguntó la periodista en su cuenta de Twitter.
Los usuarios de Twitter no tardaron en reaccionar a estas palabras, recordando que en 2003 Miller apoyó fervientemente el inicio de la invasión de Irak en 2003 en una serie de artículos que escribió para el diario 'The New York Times'. En ellos, citaba a unas fuentes poco fiables para acusar al régimen de Saddam Hussein de poseer unas armas de destrucción masiva que posteriormente se demostró que no existían.
Un mes antes de la operación militar de 2003, Miller afirmó que Irak estaba enterrando armas químicas en el desierto para que los inspectores internacionales no pudieran encontrarlas. La fuente de Miller para ese artículo fue un supuesto científico iraquí que "indicó varios sitios en la arena donde, según él, fueron enterrados sustancias químicas y otros materiales".
En otro artículo, Miller aseguró que Irak tenía intenciones de crear una bomba atómica, escribiendo que el país árabe había "intensificado su búsqueda de armas nucleares" y empezado "una caza de materiales para fabricar una bomba atómica".
Después de que EE.UU. invadiera Irak y no encontrara ninguna de las armas de destrucción masiva que sirvieron de justificación para la guerra, Miller escribió un libro 'La Historia: Un viaje de un periodista'. El él, la periodista admitió que no tenía razón pero sin asumir ningún tipo de culpa. "Fueron errores y no mentiras", explicó en una intervención el año pasado.
Comentario: Quizás podemos darle el beneficio de la duda sobre que tan solo fueron terribles "errores". Pero su aparente falta de remordimiento al respecto la hace quedar como una perfecta marioneta al servicio del poder que no siente nada por la muerte de tantas millones de personas y la destrucción de un país entero; lo que ella misma favoreció con sus "reportajes", si es que los podemos llamar así. Lo mínimo que podría haber hecho es haber renunciado como periodista, o haber sido lo suficientemente valiente como para honrar a todas esas víctimas revelando a todos las mentiras que se han dicho respecto a Irak.