Los fiscales de la Audiencia Nacional interrogan este jueves a los agentes que arrestaron la pasada Navidad en Madrid a dos islamistas supuestamente listos para atentar en la capital y que incluso disponían de cargadores de kalashnikov. El motivo, según informa El Mundo, es que todo pudo ser un montaje: el juez Santiago Pedraz y los fiscales investigan si un confidente pudo montar la célula y otro facilitar las armas.

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© EFEVarias fotografías con imágenes de la detención y los posteriores registros

Este miércoles se produjeron las primeras declaraciones, las del confidente, Manuel Rodríguez Mniri alias Lolo o José, y la del infiltrado policial que vendió las armas a los yihadistas, que sería un agente encubierto de la Brigada Provincial de Información de la Policía de Madrid. El diario apunta a que se sospecha que otro agente encubierto estaría involucrado.

En su día, se informó de que los yihadistas detenidos estaban planeando un atentado basándose, entre otras cosas, en su posesión de vídeos con imágenes de la Puerta del Sol y de armas. Sin embargo, las dudas comenzaron poco después de su ingreso en prisión, donde señalaron a Lolo:
dijeron que éste les había tendido una trampa y que era éste quien tenía en la cabeza "ese rollo" de los vídeos yihadistas. Según su testimonio, fue Lolo quien les instó a recibir a "un hombre muy importante" que fue quien les ofreció las armas y que en realidad sería el agente encubierto.
Según El Mundo, también llegaron a culpar al confidente de ser el autor de los propios vídeos. Ellos, alegan, pensaban que "estaba de broma". Cuando los supuestos islamistas acabaron en la cárcel mientras su amigo quedaba en libertad, le acusaron de habérselo "inventado todo" para "librarse" de algo.

Aunque no se descartan los vínculos islamistas de los dos arrestados, la operación podría irse al traste si de algún modo se prueba que se les incitó al delito. Por otro lado, El Mundo también alude al papel de la Guardia Civil en lo ocurrido: el confidente acudió a ellos el día de los registros para relatarles lo que había pasado y varios días después, ante las incoherencias de su relato, hicieron llegar al juzgado un informe tachándolo de "manipulador" y asegurando que en realidad nunca hubo peligro de atentado.

En su declaración, Lolo indicó que se puso en contacto con la Policía a través de un primo y que trabajó con la Brigada Provincial de Información siete meses. Fuentes del cuerpo citadas por el diario defienden que la Fiscalía respaldó la actuación en todo momento y que los terroristas estaban radicalizados y armados.