El Gobierno de Irak exigió que los milicianos kurdos peshmerga se retiren de la provincia de Kirkuk en 48 horas, declaró a Sputnik un portavoz del mando de las fuerzas kurdas.

Informó que los peshmerga ya abandonaron las localidades de Bashir y Taziye para reforzar sus posiciones.
kurdistan
© CC BY 2.0 / Kurdishstruggle / Peshmerga | Kurdish Army

Según la fuente, las fuerzas de los peshmerga están en alerta pero no van a realizar ataques ya que su misión consiste en garantizar la seguridad.

El 13 de octubre, el vicepresidente de la Región de Kurdistán, Kosrat Rasul, ordenó el despliegue de al menos 6.000 milicianos kurdos en la provincia de Kirkuk frente a lo que definió como "amenazas" de las tropas iraquíes de atacar las áreas controladas por los peshmerga.

Los refuerzos, desplegados a partir de la noche del 12 de octubre, se sumaron a decenas de miles de peshmerga y agentes de seguridad kurdos ya emplazados en Kirkuk y sus alrededores.

El 12 de octubre, Hemin Hawrami, asesor del presidente del Kurdistán iraquí, declaró que las fuerzas rebeldes chiíes desplegaron armas pesadas en Bashir y Taziye y están preparando una ofensiva contra los peshmerga.

El pasado 27 de septiembre, dos días después del referéndum independentista kurdo que se celebró tanto en la región autónoma como en varias áreas disputadas, incluida Kirkuk, el Parlamento de Irak autorizó al primer ministro del país, Haider Abadi, a enviar tropas a esta provincia del norte, rica en petróleo y controlada desde 2014 por los peshmerga.

Sin embargo, Abadi aseguró que Bagdad no piensa utilizar el ejército contra los kurdos en medio de rumores de que las fuerzas gubernamentales y las Unidades de Movilización Popular (PMU, coalición de milicias mayormente chiíes) están preparando un ataque contra el Kurdistán.