El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, dijo que existen casi 66 millones de personas desplazadas en todo el mundo.
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Niños desplazados sirios en un campo de refugiados, 24 de octubre de 2017.
"Con casi 66 millones de desplazados en el mundo, estamos cerca de alcanzar un número récord", declaró el jueves Grandi, refiriéndose a un aumento del 70 % desde 2009.

"¿Será que ya no sabemos cómo negociar la paz?", preguntó a los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU), pidiéndolos más acción a favor de la paz y la seguridad.

Además, enlistó la crisis de Siria, un "conflicto catastrófico" que ya está en su séptimo año, y la de Burundi, Sudán del Sur, República Centroafricana, Afganistán, Somalia y Myanmar.


"El Consejo de Seguridad tiene como propósito resolver los conflictos y mantener la paz - yo veo el fracaso cada día en las vidas de docenas de millones de personas, desterradas y forzadas a abandonar sus hogares", insistió.

El Alto Comisionado detalló varias propuestas de acción por parte del Consejo de Seguridad y aseguró que éste principalmente debe apoyar medidas de prevención para actuar sobre las causas profundas de desplazamiento y evitar que las crisis empeoren.

"Los actores humanitarios y las fuerzas de mantenimiento de la paz deben de hacer uso de sus fortalezas para proteger a los civiles, en el respeto de los principios humanitarios de neutralidad e imparcialidad", agregó.

Asimismo, Grandi pidió "acciones determinadas" para enfrentar el tráfico de personas, y proceder con la identificación y el juicio de los perpetradores de esos "horribles crímenes". Además, recordó la necesidad de proteger a los desplazados, sea en los países afectados o en las comunidades de acogida.

Sin embargo, el Alto Comisionado aseguró que el retorno de los desplazados es imposible sin la restauración de la paz y la seguridad y que solo medio-millón de refugiados regresó a sus hogares el año pasado.

Finalmente, Grandi lamentó que la solidaridad internacional esté debilitándose. "Mientras muchos países dejan sus fronteras abiertas para los refugiados y los albergan generosamente, algunos, frecuentemente ricos y poco impactados por los flujos de desplazados, limitan el acceso al asilo e impiden la entrada", concluyó.