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Las embarcaciones provenientes del país asiático serán examinadas minuciosamente para evitar una posible contaminación de radiación. El primer barco japonés que salió después de la catástrofe, llegó a Europa y superó con éxito el examen.

"No hay contaminación. No se han detectado valores anormales", ha explicado en rueda de prensa la portavoz comunitaria de Energía, Marlene Holzner, al hablar de la primera embarcación procedente de Japón que ha llegado a la Unión Europea, concretamente al puerto de Rotterdam, desde que se produjera el accidente en la central de Fukushima.

No existen valores de referencia comunes para las embarcaciones que llegan a los puertos europeos, por lo que la Comisión ha "recomendado" a los Estados miembros fijar un máximo de 0,2 microsievert por hora, basándose en los límites más estrictos fijados por los países de la UE. España, por ejemplo, tolera un máximo de 0,5 microsievert en sus controles habituales, según los datos facilitados por la portavoz.

Bruselas comunicó el jueves los límites recomendados para que refuercen los controles. Si un Estado miembro detecta índices excesivos de radiación en un barco procedente de Japón tendrá que "notificar" al Ejecutivo comunitario el caso y "tomar las medidas necesarias".

La portavoz ha recalcado que los límites máximos permitidos "no plantean riesgo" para los trabajadores y que es el primer nivel "que se puede medir". Además ha asegurado que si un barco presenta contaminación en su carcasa esta radiación "no puede entrar en el interior" y bastará con "lavar" el buque. Sólo si se detectan niveles "muy elevados", ha dicho la portavoz sin aclarar cuáles, "no se aceptará la entrada de la embarcación", que deberá ser aislada.