Un nuevo estudio de geofísicos británicos estima que una irrupción volcánica que acabaría con nuestra civilización podría empezar antes de lo que se creía.

Las erupciones volcánicas regulares, como la reciente actividad del volcán Agung en Bali, podrían ser suficientes para forzar el cierre de aeropuertos, pero una súper erupción tendría el potencial de destruir la civilización humana tal y como la conocemos, concluye un nuevo estudio citado por Independent.
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© Ivan Damanik / AFP

A diferencia de la actual erupción del Agung, las súper erupciones son capaces de cubrir continentes enteros con cenizas volcánicas y cambiar los patrones climáticos en todo el mundo durante décadas.

Y precisamente, una de las últimas súper erupciones conocidas también tuvo lugar en Indonesia. La erupción ocurrida hace unos 75.000 años donde hoy se encuentra el lago Toba en la isla de Sumatra, lanzó al aire unos 3.000 kilómetros cúbicos de roca y ceniza.

Los científicos han estimado que estas potentes erupciones ocurren en períodos entre 45.000 y 714.000 años, un lapso de tiempo que el profesor Jonathan Rougier, autor del nuevo estudio, describió como "cómodamente más extenso que nuestra civilización".

Ahora, una nueva investigación de Rougier y su equipo de la Universidad de Bristol, publicado en 'Earth and Planetary Science Letters', sugiere que la próxima erupción de esa envergadura podría desencadenarse mucho antes de lo que creemos.

El equipo de Rougier, que se sirvió de datos de registros geológicos, pronostica que un nuevo cataclismo de semejantes características podría producirse dentro de entre 5.200 y 48.000 años, con un "mejor valor aproximado" de 17.000 años.


Comentario: Tal vez no haga falta que ocurra una súper erupcion volcánica para afectar de manera considerable a la humanidad. El planeta lleva años padeciendo eventos climáticos extremos, y la tendencia no tiende hacia la calma. Los invitamos a ser testigos de sólo el mes de octubre de 2017:


Por si eso fuera poco, vea lo que comentábamos en otros artículos del día de hoy:


Por su parte, Marc Reichow, un geoquímico de la Universidad de Leicester, expresó que aunque el estudio se basa en un "análisis estadístico sólido [...] la naturaleza, incluidas las erupciones volcánicas, no funciona necesariamente como un reloj de trabajo".