Luego de una reunión con una delegación rusa el pasado lunes, el presidente sirio, Bashar al Assad, expresó a la prensa que "Aquellos que apoyan el terrorismo no tienen derecho a hablar sobre paz".
Bashar al Assad
© InternetBashar al Assad
Y subrayó que "Francia encabeza el apoyo al terrorismo y sus manos están empapadas en la sangre siria desde los primeros días y no vemos que hayan cambiado de forma fundamental su postura"

El presidente francés, Maurice Macron, sabe que su par sirio tiene razón. Sin embargo, se ha defendido de las críticas de Al Assad denunciando que el presidente de Siria es el enemigo de millones de sirios y por tanto no está en posición de dar lecciones a Francia. Una idiotez de enormes proporciones que si fuera aplicada a la inversa él mismo se quedaría a la altura del subsuelo. ¿O es que él no habla en nombre de Francia obviando a los millones de franceses y francesas que no le han votado?


Tergiversando la realidad, su ministro de Exteriores Jean-Yves Le Drian, ha ido más lejos todavía. Este ha dicho del presidente sirio que "no parece estar en posición de asumir una postura política mientras siga dependiendo de Rusia e Irán". Y ha mentido añadiendo que "cuando uno ha pasado sus días masacrando a su pueblo, debería ser en general un poco más discreto".

Y ha seguido mintiendo descaradamente: "En el frente militar, tenemos una prioridad que es la guerra contra Daesh (Estado Islámico) y por eso sus declaraciones (de Al Assad) son inaceptables, porque si hay alguien que haya luchado y pueda derrotar a Daesh (...) es la coalición internacional".

Sabido es que Estados Unidos ha armado a los grupos terroristas que, a través de la llamada coalición internacional -también integrada por Francia- supuestamente ha combatido.

No exageró Al Assad cuando afirmó que "Francia encabeza el apoyo al terrorismo y sus manos están empapadas en la sangre siria".