La realidad detrás de este hito histórico es mucho más compleja de lo que muchos piensan.
lunar rover
© NASA
Existen dos teorías conspirativas principales en torno a la llegada del hombre a la Luna. Una de ellas, probablemente la más conocida, afirma que los estadounidenses nunca lograron poner un pie en nuestro satélite y que todo lo que se emitió en la televisión no fue más que una farsa. Otra, todavía con menos fundamento, sostiene que fueron los nazis los primeros en pisar el suelo lunar. Sin embargo, la mezcla de estas dos falsedades se asemeja mucho a la realidad. Sobre este asunto trata el segundo episodio de nuestra serie 'Cuando los conspiranoicos tienen razón'.

Al término de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos aprobó una ley en virtud de la cual se prohibía el ingreso al país de aquellos inmigrantes que tuvieran pasado nazi. Sin embargo, a algunos reputados científicos alemanes les 'borraron' su historial para que pudiesen entrar sin problemas y así contribuir al desarrollo tecnológico estadounidense. Dicha política secreta recibió el nombre de Operación 'Paperclip'.

Entre los científicos que lograron ingresar en EE.UU. gracias a 'Paperclip', hay tres que destacan notablemente por su papel en la llegada del hombre a la Luna:
  • Kurt Debus, que durante 14 años fue el primer director del centro espacial Kennedy, lugar desde el que despegó la misión Apollo 11.
  • Arthur Rudolph, que diseñó la lanzadera con la que se impulsó la cápsula espacial de la misión Apollo 11.
  • Wernher von Braun, que diseñó los primeros cohetes de despegue vertical y fue jefe del programa de cohetes de la NASA.
Visto así, afirmar que los estadounidenses no llegaron a la luna, o que, al menos no lo hicieron solos, no parece tan descabellado.