Baia era la ciudad vacacional del antiguo Roma, una especie de Las Vegas, que estaba ubicada a unos 30 kilómetros de Nápoles, en la calurosa costa occidental de Italia, y un lugar atractivo donde los millonarios celebraban sus fiestas los fines de semana.
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Parte de la hundida ciudad de Baia, el Las Vegas del Imperio Romano, ubicada a unos 30 kilómetros de Nápoles.
Personas de toda condición del Imperio romano, incluidos poetas y generales, se reunían en esta ciudad y sus lujosas playas, con espás y piscinas con mosaicos.

"Hay muchos relatos de intriga asociados a Baia", afirma John Smout, un investigador que ha colaborado con arqueólogos locales para investigar el sitio, según recogió el pasado jueves el diario BBC Mundo.

Circularon rumores de que Cleopatra escapó en su barco desde Baia después de que Julio César fuera asesinado en el 44 a.C., mientras Julia Agripina planeaba, también en Baia, la muerte de su marido, Claudio, para que su hijo Nerón pudiera convertirse en emperador de Roma.

El lugar, conocido como los Campos Flégreos, por las calderas volcánicas que salpican la región, contaba además, con agua mineral y un clima amable.

La gente de aquella época opinaba que Baia se destruyó debido a que era de hecho una ciudad del pecado.

Durante algunos siglos, el bradisismo, el aumento y descenso gradual de la superficie de la Tierra causados por la actividad sísmica e hidrotermal, hizo que gran parte de Baia sumergiera en una gran sepultura acuosa, el lugar en el que todavía hoy se asienta.