A paso de tortuga (velocidad máxima judicial en los casos que imputan a los más poderosos), la Audiencia Nacional prosigue la instrucción del "caso Pujol" de la mano del juez José de la Mata.

Pues bien de la Mata, el juez que sustituyera a Pablo Ruz -el molesto magistrado para el Partido Popular que ocupaba provisionalmente el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional- ha incorporado al sumario del "caso Pujol" unas diligencias policiales que evidenciarían que el Molt Honorable expresidente de la Generalidad de Cataluña, Jordi Pujol, habría negociado un trato judicial favorable con el mismísimo CNI (Centro Nacional de Inteligencia) a cambio de no revelar el vínculo que el Rey Emérito mantenía con una cuenta bancaria de la trama corrupta de la "Gürtel", una cuenta con Credit Suisse que ha salido en apoyo ¿saben de quién?, del Banco de Santander, cómo no, frente a los intereses también legítimos del BBVA.

Y es que las conexiones Banco de Santander, clan Botín, Jordi Pujol y comisario Villarejo podrían llevarse por delante -en cualquier país excepto en España- al mismísimo exjefe del Estado, Rey Emérito y padre del actual jefe del Estado, Felipe VI.

Intima amistad o algo más...
Intima amistad o algo más...

Así las cosas, otra agencia que en los próximos capítulos va a salir mucho en este Rojo Botín que les ofrecemos por entregas, la agencia de detectives Método 3, habrían hecho llegar al juez de la Mata suficiente documentación policial que, hasta ahora, nadie conoce porque no había aparecido y que fue elaborada en 2.014, cómo no, por el ínclito comisario José Manuel Villarejo, ese que está siempre que la familia Botín le necesita y que urdió un plan para acabar con la brillante carrera judicial de la juez Coro Cillán, que del estrellato de la judicatura ha acabado en las penumbras de la mendicidad por haber investigado la relación existente entre el Banco de Santander, Emilio Botín y Jordi Pujol para la compra, a favor del pequeño de los Pujol Ferrusola de ¡1.152 oficinas del Banco Santander! por un importe de algo más de dos mil millones de euros! y el realquiler de las mismas a la entidad de los Botín, durante 25 años, por un importe de 100 millones de euros al año: el mayor pelotazo inmobiliario en la historia de España.

Según la documentación que ya obra en poder del titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Juan Carlos I tenía una cuenta en Suiza en la entidad bajo el sobrenombre de "Soleado"(nombre más propio de un astado de 500 kilos que del titular de una cuenta de dinero negro en un paraíso fiscal); la cuenta radicaba en la entidad Credit Suisse, abierta desde 1.995, una entidad que, para mayor satisfacción de los republicanos (cuyo número cada día aumenta de manera exponencial en España) era la que servía para los ingresos del cabecilla de la "trama Gürtel", Francisco Correa, que habría ingresado no menos de 18 millones de euros sin que nunca se haya desvelado la identidad del resto de "personajes" que albergaban su dinero en ella.

Fuera de sede judicial (que es donde acostumbra a ser tan chulo como sincero), Francisco Correa ha reconocido que el Rey Juan Carlos era uno de estos titulares de cuentas de Credit Suisse, pero nada se habría informado a un juez hasta ahora, algo que conocía Jordi Pujol (alguna indirecta "muy directa" sí soltó al respecto...) y que habría servido para que el expresidente de la Generalidad de Cataluña chantajeara al Estado, a través de los servicios secretos del CNI en su intención (que no en su misión, ya que no es esa la obligación de los servicios secretos) de proteger al monarca.

Días atrás les informábamos, desde La Tribuna de Cartagena, que la guerra dentro del CNI está abierta y puede cobrarse sus primeras víctimas entre los fieles a su jefa política, una Soraya Sáenz Santamaría más mala que un pecado y su director, el profesionalísimo general Félix Sanz Roldán.

Así las cosas, parece ser que el juez de la Mata, ante el riesgo inminente de destrucción de pruebas por parte de quienes mejor saben destruirlas, los servicios secretos, habría ordenado a la Policía Judicial recabar toda la documentación y habría citado a declarar a los dos detectives extrabajadores de la agencia Método 3

Más ¿casualidades? judiciales en el hundimiento profesional y personal de la juez Coro Cillán

No, no piensen que nos apuntamos a cualquier teoría conspiratoria; muy al contrario La Tribuna de Cartagena se está caracterizando por investigar todo lo que afecta al posible asesinato de Emilio Botín sin dejar ni un ápice a la improvisación, recuperando datos y cruzando informaciones para llegar a ofrecerles toda la trama que venimos denunciando.

Que el comisario Villarejo fue el esbirro de la familia Botín para evitar que se conociera el pelotazo del Santander con la familia de Jordi Pujol es algo que ya hemos demostrado sobradamente; también -desgraciadamente- les hemos informado de la tremenda repercusión que esto tuvo sobre la -hasta entonces- brillantísima magistrado Coro Cillán, a la que lograron pasar del estrellato de la judicatura a la más tenebrosa mendicidad de las calles de Madrid, presentándola como una loca sin credibilidad alguna y poseída por todos los vicos que habían terminado por hundirla en el más terrorífico de los infiernos urbanitas de la Capital.

Bueno, pues ahora les ofrecemos algunos datos más, también curiosos, también casuales... o tal vez, causales.

¿Sabes ustedes qué magistrado fue ponente en las sentencias de inhabilitación de la juez Coro Cillán?, probablemente un nombre que no les diga nada: el juez Jesús Gavilán López, que estaba ¡en comisión de servicio! en el Tribunal Superior de Justicia.

Pues bien, en anteriores entregas de este Rojo Botín, les hemos hablado de Inversión Hogar, una empresa que fue saqueda por Emilio Botín y sus secuaces y que, desde hace 25 años, mantiene un litigio contra el Banco de Santander y contra toda la corrupción judicial que ampara las irregularidades, los ilícitos y hasta los posibles asesinatos de la familia Botín.

Inversión Hogar (empresa constructora que cerró por culpa de una estafa ¡en toda la regla! del Banco de Santander, familia Botín y adláteres, que hundieron en la miseria a sus accionistas y que dejaron en la calle a cientos de familias trabajadoras), gracias al incansable trabajo de años de su insobornable letrado, Eduardo Martín Duarte, logró una sentencia por la que el Banco de Santander debía resarcir a la empresa Inversión Hogar con más de 80 millones de euros.

Pero esa sentencia nunca se cumplió e Inversión Hogar continúa sin cobrar, 25 años después y litigando en los tribunales, ¿saben por qué? Porque un juez llamado Jesús Gavilán López revocó esa sentencia...

Y es que, a lo largo de toda la historia, el Banco de Santander siempre ha tenido a la justicia de cara, a jueces ¿en nómina? hasta crear jurisprudencia exculpatoria con su propio nombre "la sentencia Botín".

Jordi Pujol lo advierte y a nosotros también: "todo menos hablar del Rey Emérito"

La primera vez que me senté cara a cara con el interlocutor que comenzó a pasarme las pruebas sobre el posible asesinato de Emilio Botín la recuerdo como si fuera ahora mismo. Era a finales del mes de septiembre del pasado año y nos encontrábamos en un café del paseo de Gracia, en una Barcelona convulsionada por el inminente referéndum ilegal, ese que Rajoy aseguró que no habría urnas y que después las urnas aparecieron hasta en medio de las celebraciones eucarísticas.

Mi interlocutor era (y es) un importante empresario dedicado a la obra pública. Me pareció (dentro de todo lo fiable que puede parecerte alguien en este mundillo) un hombre de fiar. Antes de darme la primera de todas las pruebas sólo me hizo una advertencia que, por supuesto, no estaba dispuesto a aceptar: "yo te voy dando hilos para que tú estires pero si encontraras algo del Rey Emérito no publicarás ni una sola línea".

Más, incluso, que ser un periodista honesto, llevo a gala no mentir jamás. Y así se lo hice saber a mi interlocutor que tuvo que aceptar, a regañadientes, un único compromiso por mi parte: "en las primeras informaciones que publique dejaré al monarca tranquilo; pero después haré lo que deba hacer".

De este modo sólo hice una pequeña referencia a Juan Carlos I en el capítulo publicado (y que ustedes encontrarán en el banner Rojo Botín que tenemos fijo en La Tribuna de Cartagena y que recoge todo lo publicado hasta el momento) en el capítulo dedicado a la Finca "El Castaño" si bien, cuando insinué que seguiría informando sobre lo que esconden los subterráneos de la hacienda de la familia Botín con aeropuerto privado incluido, ya advertí que "algo" iba a caerle al gran cazador de leones.

Y de momento, hasta aquí hemos llegado: no soy yo quien involucra al Rey Emérito: lo hacen los detectives de la agencia Método 3 que declaran ante el juez de la Mata. Y no se trata de una información sensible que pueda afectar a la seguridad nacional; muy al contrario, el CNI no está para transportar a la querida de Su Majestad, para alquilarle el chalé de los encuentros con prostitutas o meretrices reales, ni para salvarle de sus evasiones fiscales: "que cada perro se lama su pijo", como dicen en mi pueblo.

El mismísimo Jordi Pujol decía -con un cinismo motivo de linchamiento público- en su comparecencia ante la Comisión de investigación del Parlamento de Cataluña: "si vas segando una parte de una rama, al final cae toda la rama y los nidos que hay en ella, y después caen todas las demás ramas".

Pues fíjense, con razones de Estado o sin ellas, lo que pretendemos en La Tribuna de Cartagena es que caigan todas las ramas y no sólo los nidos, los Villarejo, los jueces al servicio de los Botín, el drama vivido por la exjuez Coro Cillán, el intento de extorsión que he sufrido y que me causa tener que vivir escondido... no son más que nidos.

Y la salud democrática de este país, hoy en metástasis, necesita que caigan todas las ramas, las que apuntan hacia el Banco de Santander y la familia Botín, las que lo hacen hacia Cataluña y la familia Pujol y las que, cada vez con más fuerza, nos indican el camino del palacio de La zarzuela y de la Familia Real.

Y van a salir muchas más cosas, extrañas muertes de comisarios de policía incluidas.

Y a mí no van a callarme. Al menos por la buenas...