Malas Compañías, el nuevo programa de Cristina Pardo producido por Jordi Évole, se parece mucho a algunos programas de Salvados en su forma y fondo. De hecho curiosamente los "Salvados" son los dirigentes del PSOE-A en la actualidad cuando se ha hablado de la corrupción, el enchufismo y clientelismo que pudre Andalucía. Objetivo conseguido.
cristina pardo jordi évole
Qué bien se lo pasan estos dos pseudoperiodistas desinformando a la población.
A la hora de tratar el tema de la corrupción en Andalucía el programa pasó de forma superficial sobre unos cuantos casos, muy pocos, quizás los más famosos, pero los suavizó entre unas declaraciones de estudiantes universitarios y profesores sobre el tema que no sé a qué venían ni qué representaban, como si analizaran un hecho o enfermedad incurable.

En vez de preguntar a Susana Díaz, o a Mario Jiménez, cuya hermana cobró 19 millones de euros de una institución que preside su pareja, se dedicó a teorizar con Rodríguez de la Borbolla sobre la bondad o maldad de una serie de ayudas.

Primero esas ayudas las cobra muy poca gente, pero el programa al no detallar quién y cómo se corrompe, y qué partido está detrás de todo, da la imagen de un pueblo totalmente subsidiado. El deber de un medio de comunicación es contar la verdad para que así la gente sepa, cosa que no ocurre aquí. Quizás sería la gran corrupción por tocar por cadenas como La Sexta, y no se hace, la de los medios. Y ocurre tanto en Madrid, Galicia, Andalucía o Cataluña, y es mucho dinero el que se va por ahí.

Casi le faltó decir "esto es lo que hay", cuando la gran mayoría de los andaluces no votamos a esa banda. Tampoco entró a tratar a fondo los casos de corrupción, los miles de enchufados en la administración paralela, los lazos con las empresas privadas, las puertas giratorias y cómo se sigue funcionando igual, hoy Évole, hoy. No te tienes que remontar a los años 80, y lo hacen ahora unos pocos, CON LA AYUDA DE LA PRENSA CÓMPLICE.

El programa no ha tratado por ejemplo cómo se ha apartado a la juez Mercedes Alaya de los multimillonarios fraudes masivos de los ERE y la formación, la cual denunció cómo el bipartidismo maneja la justicia para ocultar sus corrupciones. Quizás hubiera iluminado tu programa.

Tampoco del 90% de los casos de corrupción, hay una larguísima lista. Ni cómo Susana Díaz dio trabajo rápidamente en la administración paralela de la Junta a la que amenazó a los trabajadores, Irene Salandete, en la Fundación Andalucía Emprende.

Salandete era número 9 en las elecciones y les dijo a los empleados que no trabajaran y que fueran puerta por puerta pidiendo el voto para el PSOE-A. Al poco tiempo ella consiguió milagrosamente trabajo de nuevo en la Junta de Susana Díaz, pero eso no era importante para Évole o Pardo.

Ni que Susana Díaz paralizó la formación perdiendo por su decisión personal los parados y trabajadores andaluces 600 millones de euros.

Ella estaba en descabezar al PSOE, con ayuda de Ferreras y de PRISA, para darle el gobierno a Rajoy. ¿Lo recuerdan?


A qué viene preguntarle a Rodríguez de la Borbolla sobre lo que pasa aquí, que no maneja ya nada, y no a la presidenta o a Mario Jiménez, que son los que manejan el cotarro hoy. Jiménez por cierto, fue exvicepresidente de CajaSol sin tener siquiera estudios superiores. ¿Eso no les suena?

Como ocurrió en el desastroso programa de Jordi Évole sobre Siria, en vez de dar datos reales, Malas Compañías pasó suavemente reflejando una tierra sin esperanza, donde casi todo el mundo parece subsidiado y que para colmo es algo inevitable.

¿Por qué no preguntó Cristina Pardo a ex jefe Antonio García Ferreras? Su cuñada trabaja para el todavía presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán desde hace años y le salpican muchos contratos a dedo.

El programa se dedicó a poner imágenes de Alfonso Guerra y Felipe González, cuando el PSOE-A de ahora no tiene nada que ver con el de entonces y está regido por personas que no han trabajado en su vida fuera del partido, la primera la presidenta, seguida de la máxima autoridad del PSOE, su amiga Verónica Pérez. Si pierden el carguito acabarían regentando un colmaito quizás, porque no la han doblado fuera del partido.

LA CORRUPCIÓN ESTÁ EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN MERCENARIOS QUE TAPAN LO QUE OCURRE. Una armada mediática que cuesta 600 millones de euros como denunció Teresa Rodríguez. No se trata de algo histórico ni genético, ni de apatía, se trata de información, se trata de que los medios de comunicación digan la verdad PARA QUE LA GENTE SE ENTERE DE LO QUE PASA Y VOTE A OTRA COSA.

En eso La Sexta y Canal Sur, su cadena hermana, tiene mucha culpa ya que no hablan casi nunca de la corrupción en Andalucía. La cuñada del jefe de informativos de la cadena quizás pudiera perder el trabajo ¿verdad?

Y de hecho la cadena de Atresmedia es parte del duopolio que se está forrando con la publicidad gracias a unas decisiones de Zapatero y luego de Soraya Sáenz de Santamaría.

Hay que salvar a la sultana que luego da golpes para descabezar a su secretario general y deja que gobierne Rajoy, cuando había números para gobernar, aunque La Sexta no lo cuente en su pactómetro.

La pena es que con ese programa ya se dan por satisfechos, cuando lo que ocurre aquí daría para cientos de ellos, si se quisiera, si en verdad le importara a la cadena, que se llama medio de comunicación.

Les invito a que vuelvan, cada semana, y desgranen desde la puerta de los juzgados, como hacen en la Comunidad Valenciana o Madrid, lo que ocurre aquí. El PP está hasta los ojos de mierda, pero no es el único y debe contarse. Pero no lo hagan como si visitaran a unos pobres tontos sin ganas de cambiar las cosas, sino preguntando a más gente, a los que saben lo que realmente pasa.

Una cosa buena del programa, la parte de la entrevista al trabajador de Delphi y los pocos segundos que sacasteis a una periodista de EL MUNDO, diario que ha denunciado, junto por ejemplo al Diario16, los casos de corrupción que inundan la vida cotidiana en esta tierra olvidada.

Pregunten más a los medios que no estamos pagados lo que pasa, pregunten a la oposición, a los testigos protegidos, a los acosados, a Spiriman, a la juez Alaya y a otras muchas personas que se parten la cara por cambiar aquí las cosas, contra un sistema muy rico y poderoso.

Évole, vuelve y hazlo con ganas. Venga, no seas vago. Pregúntanos a los que no estamos financiados por el PSUSA. Júntate con las Malas Compañías que intentan contar lo que pasa, pero esta vez de verdad.

No me pongas a un tonto más a defender al régimen de 40 años que insultas mi inteligencia. No nos tratéis como algo inevitable. Si La Sexta y otros medios no silenciaran todo lo que se roba en Andalucía o en Cataluña por ejemplo, quizás alguien se los tomaría en serio alguna vez.

Entonces se ayudaría contando la verdad a que cambiaran las cosas. Los medios harían su trabajo. Si se cuentan a medias, se suavizan o se justifica la corrupción como si fuera algo intrínseco a una sociedad, no la combates, eres cómplice, ¡lumbreras!.