El documental "Fillet-Oh-Fish", realizado por Nicolas Daniel, analiza de forma crítica la industria pesquera, con imágenes exclusivas de piscifactorías y granjas pesqueras alrededor del mundo. Muchas personas aún tienen una visión bastante romántica sobre la pesca, pero cuando se trata de la producción de alimentos a gran escala, la imagen es bastante desalentadora.

Las pesquerías actuales se enfrentan a un sin número de problemas graves, desde la pesca excesiva hasta la contaminación química y mutación genética por exposiciones tóxicas. Como señalaron los productores de la película, "debido a la producción intensiva y contaminación global, la carne del pescado que consumimos actualmente se ha convertido en un cóctel químico mortal".1

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© Desconocido
A pesar de eso, hay un auge en la comercialización de pescado, en parte, debido al esfuerzo para mantener ocultos los malos manejos de las pesquerías actuales.

La acuicultura se promueve a sí misma como una solución sostenible para la pesca excesiva. No obstante, en realidad las granjas pesqueras causan más problemas de los que resuelven. En términos de contaminación ambiental, hay muy poca diferencia entre los corrales de engorda terrestres y acuáticos.

¿Es posible que el salmón de piscifactoría sea uno de los alimentos más tóxicos del mundo?

El documental empieza en Noruega, donde se muestran las sustancias químicas utilizadas en las granjas pesqueras. Kurt Oddekalv es un respetado activista ecológico noruego, que cree que la producción industrial de salmón se ha convertido en una actividad catastrófica tanto para el medio ambiente como para la salud humana.

En el fondo de las piscifactorías de salmón diseminadas por los fiordos noruegos, hay una capa de desechos de unos 15 metros de altura, que está llena de bacterias, medicamentos y pesticidas. En resumen, todo el fondo del mar ha sido destruido, y como estas piscifactorías están ubicadas en mar abierto, la contaminación que producen no es contenida en lo absoluto.

Una piscifactoría de salmón podría albergar más de 2 millones de especímenes en un espacio relativamente pequeño. Estas condiciones de hacinamiento ocasionan enfermedades que se propagan rápidamente entre los ejemplares de salmón que se encuentran estresados.

Según Oddekalv, los piojos de mar, enfermedad del páncreas (PD)2 y virus de la anemia infecciosa del salmón (ISA, por sus siglas en inglés) se han extendido por toda Noruega; sin embargo, los consumidores no están enterados de estas pandemias, por lo que la comercialización de estos pescados enfermos no ha disminuido.

Se han utilizado varios pesticidas peligrosos en un esfuerzo por evitar las plagas causantes de enfermedades, y se sabe que uno tiene efectos neurotóxicos. El pescado siempre se ha considerado como un alimento saludable, pero según Oddekalv, ¡hoy en día, el salmón de piscifactoría es uno de los alimentos más tóxicos en el mundo!

El investigador de toxicología, Jerome Ruzzin, ha confirmado las afirmaciones de Oddekalv. Evaluó los niveles de toxinas en varios grupos de alimentos diferentes que se venden en Noruega, y de hecho, el salmón de piscifactoría contiene la mayor cantidad de toxinas de todos, y con un margen de diferencia increíblemente grande.

En general, el salmón de piscifactoría es cinco veces más tóxico que cualquier otro producto alimenticio analizado. En estudios de alimentación animal, los ratones que fueron alimentados con este tipo de pescado se volvieron obesos, con gruesas capas de grasa alrededor de sus órganos internos; además desarrollaron diabetes.

Ruzzin señala una teoría que ha cobrado fuerza, la cual indica que las tasas de obesidad cada vez más elevadas están relacionadas con la existencia de un mayor número de toxinas y contaminantes, a los que estamos expuestos en nuestro medio ambiente y alimentos. Con base en sus propios estudios, Ruzzin ha dejado de consumir salmón de piscifactoría.

Mutaciones genéticas y otros hechos alarmantes

Aparte de mantener bajo control las plagas, como el piojo de mar, los pesticidas utilizados también afectan el ADN de los peces, ya que causan mutaciones genéticas. Se muestran algunos ejemplos inquietantes de bacalao deforme en el documental.

Un hecho aún más alarmante es que, según Oddekalv, alrededor del 50 % del bacalao de piscifactoría presenta el mismo tipo de deformaciones, y se sabe que el bacalao hembra que escapa de estas granjas industriales se aparea con el bacalao silvestre, lo cual propaga las mutaciones y deformaciones genéticas en la población silvestre.

El salmón de piscifactoría presenta mutaciones menos visibles pero igualmente perturbadoras. La carne de este tipo de salmón es "frágil" y se rompe cuando se dobla--una característica muy inusual.

El contenido nutricional también es sumamente anómalo. El salmón silvestre contiene alrededor de 5 a 7 % de grasa, mientras que la variedad que proviene de su producción en piscifactoría podría contener entre 14.5 y 34 %.

Muchas toxinas se acumulan más fácilmente en la grasa, lo que significa que incluso cuando son criados en condiciones contaminadas similares, el salmón de piscifactoría contiene muchas más toxinas que el salmón silvestre.

De manera sorprendente, la investigación revela que, en realidad la fuente más importante de exposición tóxica no son los pesticidas o antibióticos, ¡sino la alimentación a base de pellets secos! Algunas de los agentes contaminantes que se encuentran en la alimentación de los peces son las dioxinas, PCBs y un sinnúmero de diferentes medicamentos y sustancias químicas.

¿Por qué este tipo de alimento para peces es tan tóxico?

Entonces, ¿porque este tipo de alimentación para peces es tan tóxico e inadecuado? En una planta noruega donde se fabrican pellets para peces, el ingrediente principal resultó ser la anguila, que es utilizada por su alto contenido de proteínas y grasas, además de otros pescados grasos del Mar Báltico.

Ahí es donde empieza el problema, ya que el Báltico está muy contaminado. Algunos de los pescados utilizados tienen niveles tóxicos de contaminantes que, simplemente se añaden después en los pellets.

Hoy en día, en Suecia, los pescadores están obligados a advertirles a sus clientes sobre la posible toxicidad del pescado del Báltico. De acuerdo con las recomendaciones del gobierno, no debe consumir pescado graso como el arenque más de una vez por semana, y si está embarazada, debe evitar por completo los peces del Báltico.

El activista sueco de Greenpeace, Jan Isakson, revela algunas de las fuentes de toda esta contaminación. A las afueras de Estocolmo, a la orilla del Báltico, hay una enorme fábrica de papel que genera dioxinas tóxicas.

Otros nueve países industrializados que rodean el Mar Báltico también vierten sus desechos tóxicos en este cuerpo de agua encerrado. Las dioxinas se adhieren a la grasa de los peces, por lo que el arenque, anguila y salmón son particularmente vulnerables y terminan acumulando cantidades más elevadas que otros.

Hoy en día, ya que se les ha considerado no aptos para el consumo humano, algunos de estos pescados grasos se utilizan más que nada como alimento para peces. Por lo que, la toxicidad del salmón de piscifactoría es capaz de acumularse aún más que en la naturaleza.

Uno de los secretos mejor guardados y más peligrosos de la industria pesquera

Pero aún hay otro problema, y ​​se deriva del proceso de fabricación de los pellets. Primero, el pescado graso es cocinado, lo que resulta en dos productos separados: harina proteica y aceite. Si bien, el aceite tiene altos niveles de dioxinas y PCBs, este polvo proteico se suma a la toxicidad del producto final.

En el polvo proteico, se agrega un "antioxidante" llamado etoxiquina. Según el director del documental, este es uno de los secretos mejor guardados de la industria alimentaria para peces. La etoxiquina fue desarrollada como un pesticida por Monsanto en los años 50. Su uso se encuentra estrictamente regulado; lo que origina la pregunta, entonces, ¿por qué se agrega en los pellets para peces?

Hace un par de años, un laboratorio suizo para combatir el fraude se sorprendió al encontrar niveles extremadamente altos de etoxiquina en peces de piscifactoría--de 10 a 20 veces más elevados que los 50 mcg por kilo permitidos en los alimentos de la Unión Europea--y ese descubrimiento comenzó a revelar el secreto.

La etoxiquina fue diseñada para frutas y vegetales, pero la industria alimentaria para peces descubrió otro uso novedoso--la agregan a esta alimentación para evitar que las grasas se oxiden y se vuelvan rancias.

Sin embargo, los fabricantes de alimento para peces nunca informaron a las autoridades sanitarias que utilizaban esta sustancia química. Como resultado, la Unión Europea regula estrictamente los niveles de etoxiquina en frutas, vegetales y carne--incluso hay estándares para canguros y reptiles--pero no en el caso del pescado que consumen las personas. Además, nunca se han determinado los efectos de esa sustancia química en la salud humana.

El único estudio sobre la etoxiquina y la salud humana fue una tesis realizada por Victoria Bohne, Ph.D, ex investigadora de Noruega, quien hizo una serie de descubrimientos alarmantes, incluyendo el hecho de que la etoxiquina podría cruzar la barrera hematoencefálica y tener efectos cancerígenos.

Al igual que muchos otros investigadores que han hecho hallazgos que no han sido bien recibidos, Bohne fue presionada para dejar su trabajo de investigación después de que se intentó falsificar y minimizar sus descubrimientos.

Otros han relacionado el uso secreto de la etoxiquina en la producción de la industria pesquera de Noruega y la falta de investigación científica sobre sus efectos, con la Ministra de Pesca y Asuntos Costeros de Noruega, Lisbeth Berg-Hansen, quien también es la principal accionista de una piscifactoría de salmón comercial, y ha ocupado muchos puestos de alto rango dentro de la industria pesquera.

El auge de la explotación del pez panga para consumo humano

En los últimos 50 años, el consumo de pescado en Francia se ha incrementado a más del doble, y hoy en día, sobrepasa el consumo de carne de res y pollo. Para satisfacer esta demanda, se ha importado pescado de todo el mundo.

En Francia, es inusual encontrar pescado que provenga de sus costas, por lo que, casi la mitad del total del pescado que se vende es de piscifactorías. Además, se han empezado a comercializar especies menos costosas y conocidas.

El pez panga, que ahora es uno de los 10 pescados más consumidos en Francia, era relativamente desconocido hace una década. Su bajo precio también lo ha convertido en una de las opciones más adquiridas en el sistema escolar.

Las preguntas que surgen el documental son: ¿Cómo es que este pescado de piscifactoría puede venderse a precios tan bajos? y ¿por qué se lo proporcionan a los niños de forma regular?

La investigación comienza en el Sur de Vietnam, donde el pez panga es parte de su tradición culinaria. Sin embargo, tras esa imagen cultural, hay una realidad muy inquietante. En los últimos 15 años, las exportaciones de este pez se han convertido en una importante fuente de ingresos para la región.

De hecho, el 95 % de la producción mundial de panga proviene del Sur de Vietnam, y este éxito ha ocasionado una explotación tanto ambiental como humana.

El pez panga de piscifactoría crece entre dos y cuatro veces más rápidamente en comparación con el silvestre, lo cual les permite alcanzar el tamaño adulto en aproximadamente seis meses.

Luego, los pescados son recolectados y procesados, lo que incluye lavar los filetes en grandes tanques llenos de agua y polifosfatos--aditivos químicos que facilitan la congelación.

Asimismo, este químico permite que los pescados absorban el agua, lo que aumenta su peso artificialmente. Después de este proceso, pierden su sabor y olor, por lo que lo obtiene de las especias que les agregan durante su cocción.

La contaminación ambiental plantea riesgos

Muchas piscifactorías de panga están plagadas de enfermedades, debido a las aguas contaminadas en las que los peces son criados. El río Mekong, donde se encuentran muchas piscifactorías de este tipo de pez, es uno de los ríos más contaminados del mundo.

En 2009, el Fondo Mundial para la Naturaleza colocó al pez panga en su lista "roja" de productos que representan un peligro para la salud ambiental y humana.

Millones de familias vietnamitas vierten sus desechos directamente en el río Mekong todos los días. Los pesticidas utilizados en el cultivo de arroz también se escabullen a esta vía fluvial. Las bacterias y algas verdes liberan toxinas en el agua y reducen sus niveles de oxígeno, lo que aumenta el estrés en el sistema inmunológico de los peces y los vuelve más propensos a las enfermedades.

Para abordar las enfermedades, los productores agregan cantidades industriales de medicamentos en sus estanques de peces, incluyendo una amplia variedad de antibióticos. Esto origina el efecto secundario de la resistencia a los medicamentos, lo que obliga a los productores a continuar aumentando las dosis.

Desde luego que el pez panga no es el único afectado por esta estrategia. Los antibióticos se propagan a través de los sistemas fluviales, son absorbidos en los tejidos del pez y excretados a través de las heces, lo que redistribuye los medicamentos en el medio ambiente--y los que los consumen.

¿Consume pescado o desechos de pescado?

El pescado podría ser uno de los alimentos más saludables, pero ahora, en esta era industrializada tiene que ser mucho más cuidadoso al elegir el tipo de pescado correcto.

Si necesita otra razón para evitar los alimentos procesados, le recomiendo que vea este documental hasta el final, en el que se describe cómo los desechos de pescado se han convertido en un "bien de gran valor" utilizado en los alimentos procesados.

Estas cabezas y colas de pescado, y la poca carne que queda después del fileteado, vendidas a menos de 15 centavos por kilo, se han convertido en una verdadera fuente de ingresos.

Prácticamente, ya no se desperdicia nada. La piel del pescado es reciclada para utilizarse en la industria de los cosméticos. El resto de los desechos de pescado es lavado y molido para convertirlo en una pulpa, que luego se utiliza en alimentos preparados y para mascotas.

Dado que los fabricantes de alimentos no están obligados a informar si sus productos contienen pulpa de pescado en vez de carne de filete de pescado verdadero, este producto les proporciona un alto margen de ganancias.

Pero, le recomiendo que, si la lista de ingredientes de tal producto incluye pescado sin especificar si está hecho con filete, entonces por lo general está elaborado con pulpa de desechos de pescado.

Este fraude con el pescado se ha convertido en un hecho recurrente. Las investigaciones han demostrado que 1 de cada 3 etiquetas de pescado son falsas o proporcionan información confusa. Por lo general, un pez más económico es etiquetado de forma errónea como uno más costoso.

Algunos peces de piscifactoría también son comercializados ​​como silvestres. La mayor parte del fraude en el pescado ocurre debido a que es más complicado rastrear su origen en la industria de alimentos procesados, por la mezcla de ingredientes que contienen. Es más difícil pasar filetes de pescado como otra especie, aunque también ocurre.

Las mejores opciones de mariscos: Salmón silvestre de Alaska, sardinas y anchoas

Es evidente que las piscifactorías no son una solución viable para la pesca excesiva. En todo caso, han empeorado la situación, ya que han destruido el ecosistema marino a un ritmo mucho más acelerado... Entonces, ¿cuál es la solución? Por desgracia, la gran mayoría del pescado, incluso cuando es capturado en el medio silvestre, está muy contaminado para ser consumido con frecuencia.

La mayoría de las principales vías fluviales del mundo se encuentran contaminadas con mercurio, metales pesados ​​y sustancias químicas como dioxinas, PCBs y otros productos químicos agrícolas que terminan en el medio ambiente.

Esta es la razón por la que, como regla general, ya no recomiendo cumplir con sus requerimientos de grasas omega-3 a través del consumo de pescado. Sin embargo, hago dos excepciones: La primera es el salmón rojo silvestre de Alaska auténtico, el cual proporciona beneficios nutricionales que considero que superan cualquier posible contaminación.

Este salmón rojo tiene un menor riesgo de acumular grandes cantidades de mercurio y otras toxinas, debido a que tiene un ciclo de vida corto, que solo es de alrededor de tres años. También tiene una menor bioacumulación de toxinas debido a que no se alimenta de otros peces ya contaminados.

No se permite la cría del salmón de Alaska y, por lo tanto, tiene que capturarse en medios silvestres. Mi marca favorita es Vital Choice Wild Seafood and Organics, que proporciona una excelente variedad de productos de salmón de alta calidad, con altas concentraciones de grasas omega-3 y bajos niveles de contaminantes.

El salmón enlatado etiquetado como "salmón de Alaska" es una alternativa más económica que comprar filetes de salmón.

La segunda excepción son los peces más pequeños con ciclos de vida cortos, que también tienden a ser mejores alternativas en cuanto a su contenido de grasas, como las sardinas y anchoas--por lo que son beneficiosos para todos, ya que tienen un menor riesgo de contaminación y mayor valor nutricional.

Una regla general es que, cuanto más cerca se encuentre el pescado de la parte inferior de la cadena alimenticia, menos contaminación habrá acumulado. Solo asegúrese de que no provenga del Mar Báltico.

Otras excelentes opciones son el arenque y la hueva de pescado (caviar), que tienen un alto contenido de importantes fosfolípidos que nutren las membranas mitocondriales.

Fuentes y referencias