En los mercados brasileños ya es notorio el desabastecimiento en varios rubros alimenticios. En Brasilia y Recife los aeropuertos nacionales e internacionales operan con restricciones por la escasez de combustible.El reclamo principal es acerca del desmesurado incrementos del precio de la gasolina y diésel.
El presidente de facto de Brasil, Michel Temer anunció este viernes que ordenó a todas las fuerzas militares del país, disolver los cortes de ruta ejecutados por las
organizaciones de camioneros que se encuentran en huelga.
El abastecimiento de insumos básicos y de combustible en Brasil se encuentra en una situación crítica, luego de 5 días de huelga por parte del gremio de los transportistas de carga. Al respecto, Temer manifestó que "el gobierno tuvo el coraje de dialogar y ahora tendrá el coraje de ejercer su autoridad".
También calificó como "minoría radical", al conjunto de camioneros que no se plegó a los acuerdos pactados con los sindicatos del sector.
El portal
Brasil de Fato señala que en las carreteras los camioneros que permanecen en huelga advierten que no se sienten representados por los sindicatos ni representados en los acuerdos.
El decreto de Temer autoriza la acción de las fuerzas para tomar camiones y dirigirlos en caso de que sus conductores se rehúsen a ello. Además autorizará multas y prisión contra quienes permanezcan en huelga, entre otros elementos.
El impacto de la huelgaDurante los 5 días de huelga del sector de los transportistas de carga, Brasil empezó a sufrir progresivamente una crisis en el abastecimiento de sectores neurálgicos de la economía.
Las estaciones de servicio del país no cuentan con el inventario correspondiente y el suministro de combustible se encuentra al mínimo. En Brasilia, los conductores debieron realizar grandes filas para llenar sus tanques.
Los aeropuertos de varias ciudades del país no cuentan con el suministro correspondiente para equipar los vuelos. Es el caso de las infraestructuras ubicadas en Recife y en Brasilia.
Las frutas y legumbres comienzan a escasear en los principales supermercados y abastos. Mientras la distribución de carnes y productos alimenticios diversos puede estar comprometida para los próximos días. En Río de Janeiro el suministro de agua corre riesgos ante la ausencia de los productos químicos que se requieren para su purificación.
¿Qué originó todo?La huelga de los camioneros responde al rechazo de los transportistas al incremento desmesurado de los precios de los combustibles, que aumentaron en un 56% en los últimos 10 meses.
La subida de la gasolina no marcha acorde con los dígitos de la inflación en Brasil. En los últimos meses se incrementó 30 veces mas que el índice de precios al consumidor.
¿Por qué el incremento?El portal Brasil de Fato entrevistó a una analista del Departamento Intersindical de Estadísticas y Estudios Socioeconómicos para determinar por qué el incremento tan agudo de los precios de la gasolina y diésel. Cloviomar Caranine explicó al respecto que el nudo fundamental del asunto es que
el gobierno de Temer y Petrobrás comenzaron a fijar los precios a partir de la relación cambiaria y del valor del crudo en el mercado internacional.
En ese sentido,
todas las variaciones que sufra el valor del petróleo en el exterior impactan directamente en el precio al que se fija la venta interna. Durante el gobierno de Dilma Rousseff, imperaban criterios distintos, ajustados a la realidad nacional brasileña.
Caranine explica que para Petrobrás priva una razón empresarial, la de obtener más ganancias en la Bolsa de Valores, a partir de los réditos que surjan del incremento de los marcadores internacionales del petróleo.
También argumenta la analista que
se trata de una política que poco tiene que ver con la realidad brasileña. Señala que la capacidad de refinación de Brasil está acorde con las necesidades de su mercado interno. El país consume 2 millones 700 mil barriles diarios y sólo está en capacidad de refinar 2 millones 400 mil barriles por día. Caranine acota que ahora no importa cuánto Brasil refine de su petróleo porque los precios internos están acoplados es al mercado internacional.
También denuncia que
detrás de todo está el intento de privatizar Petrobrás.
Durante el gobierno de Michel Temer la capacidad de refinación del país ha disminuído en un 30%.
Comentario: En el periódico
Página 12, Dario Pignotti resalta lo siguiente:
¿Huelga o lockout?
Esta medida de fuerza realizada por empresarios, que probablemente aportan dinero para garantizar una logística costosa, no puede confundirse con "una huelga de trabajadores", explica el abogado laboralista Normando Rodrigues, asesor de la Federación Unica de los Petroleros. Pero parte de las decenas de miles de participantes en los piquetes son camioneros "autónomos", dueños de sus unidades, y choferes (algunos presionados por sus jefes) por lo cual este paro tampoco es un "lockout" clásico. Aunque se le parece.
El caso es que ninguna de las huelgas organizados por los sindicatos de trabajadores desde el inicio del gobierno temerista tuvo la potencia de este "lockout" heterodoxo. Perjudicados por la contra-reforma laboral los sindicatos están a la defensiva. Son víctimas de la represión de la policía y la amenaza de unas fuerzas armadas educadas para reprimir organizaciones populares. En mayo de 2017 fueron movilizadas contra un concentración gremial realizada en Brasilia. Ahora los militares tendrán que entrar acción y demostrar su disposición de poner orden contra camioneros que en buen número son simpatizantes del candidato presidencial y ex capitán Jair Bolsonaro. Uno de los piqueteros dijo a radio CBN que para acabar con la corrupción de Temer lo mejor sería "la intervención militar".
Hace ya un tiempo viene
creciendo en Brasil la idea de la
militarización del país, siendo el candidato presidencial Jair Bolsonaro uno de los más
fervientes simpatizantes de un gobierno militar y quien ha respaldado lo que llama el "partido del Ejército que se llama Brasil". El gobierno no electo de Michel Temer no tiene respaldo público y las élites que han llevado a cabo el golpe contra el Partido de los Trabajadores tampoco tienen un candidato viable. Sin embargo, el ex capitán Bolsonaro figura como posible ganador en las elecciones sin Lula da Silva. Teniendo esto en mente, resulta llamativo que los camioneros que están realizando esta huelga y causando un sinnúmero de problemas para la sociedad civil brasilera sean simpatizantes de este líder político militar y que, convenientemente, la única "solución" sea la intervención militar", justamente lo que querría Bolsonaro.
Comentario: En el periódico Página 12, Dario Pignotti resalta lo siguiente: Hace ya un tiempo viene creciendo en Brasil la idea de la militarización del país, siendo el candidato presidencial Jair Bolsonaro uno de los más fervientes simpatizantes de un gobierno militar y quien ha respaldado lo que llama el "partido del Ejército que se llama Brasil". El gobierno no electo de Michel Temer no tiene respaldo público y las élites que han llevado a cabo el golpe contra el Partido de los Trabajadores tampoco tienen un candidato viable. Sin embargo, el ex capitán Bolsonaro figura como posible ganador en las elecciones sin Lula da Silva. Teniendo esto en mente, resulta llamativo que los camioneros que están realizando esta huelga y causando un sinnúmero de problemas para la sociedad civil brasilera sean simpatizantes de este líder político militar y que, convenientemente, la única "solución" sea la intervención militar", justamente lo que querría Bolsonaro.