Un estudio determina que el movimiento de los astronautas sobre el satélite aumentó las temperaturas bajo la superficie

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© NASALa misión Apolo 15 fue el cuarto aterrizaje lunar y se lanzó el 26 de julio de 1971.
El 20 de julio de 1969, el hombre pisaba la Luna por primera vez. Durante esta misión, de ocho días de duración, el equipo dirigido por el comandante Neil Armstrong recorría la superficie lunar y recogía 22 kilogramos de muestras de suelo y rocas lunares. Una misión en la que los astronautas instalaron instrumental científico para detección de sismos, partículas solares y un reflector láser, además de la famosa bandera norteamericana.

A raíz de aquel primer descenso, la NASA continuó explorando la superficie lunar con nuevas misiones. Entre ellas destacan la Apollo 15 y la Apollo 17, que tuvieron lugar en 1971 y 1972, respectivamente. Misiones en las que los científicos perforaron la superficie lunar más de dos metros con el fin de observar los posibles cambios de temperatura sobre la misma y para determinar la velocidad a la que pierde calor el interior de la Luna.

La respuesta a la anomalía en las temperaturas

Gracias a estas misiones, los investigadores pudieron analizar el flujo del calor en la Luna entre 1971 y 1977. Tras llevar a cabo este estudio, y detectar anomalías en las temperaturas, el equipo exportó los datos recopilados en cintas, que serían trasladadas posteriormente al Centro Nacional de Datos de Ciencias Espaciales de EE.UU. Sin embargo, tal y como ha revelado una publicación de Science Alert, tan solo existían datos almacenados hasta diciembre de 1974. Los correspondientes a 1975, 1976 y 1977 habían desaparecido.

En 2010, un equipo de investigadores de la Universidad Tecnológica de Texas ha encontraba información comprendida entre 1975 y 1977. Tras restaurar las cintas y comprobar los datos registrados, los científicos han determinado que la fuente de calor anómala de la superficie lunar durante estos años había sido provocada por la presencia de humanos sobre la misma.

El paso del hombre por la superficie lunar

Según explica el estudio publicado por el grupo de científicos, el calentamiento de la superficie lunar continuó hasta el final de las observaciones en 1977. Por esa misma razón, los investigadores consideran que los movimientos de los astronautas durante las distintas misiones perturbaron la suciedad en la superficie lunar.

Cada vez que pisaban sobre la superficie lunar o conducían los rovers lunares, los astronautas modificaban la capa superficial del suelo, dejando al descubierto un regolito más oscuro debajo. A pesar de que las superficies más oscuras no reflejan tanta luz, sí que absorben en mayor medida los rayos solares. Debido a ello, los investigadores provocaron una alteración en las temperaturas que se estabilizaron tras su marcha.