Millones de personas toman estatinas sin padecer ninguna enfermedad a pesar de que sus beneficios no están probados en ese caso, no hay evidencias científicas al respecto. Sus efectos secundarios, además, pueden ser graves. Y lo que es peor, tras décadas de recetarlas a personas sin síntomas de enfermedad cardiaca, de manera "preventiva", cada vez está más documentado que no hay motivo pues no existen pruebas de que tener el colesterol alto pueda causar infartos.
estatinas
Llegas a la mediana edad y en control rutinario tu médico observa que tienes los valores del colesterol "alto". Se preocupa, te preocupa. Hay que hacer algo pues aunque no presentas síntomas, a ver si va a darte un infarto. Recomienda la receta de unas pastillas para prevenir que no suceda nada malo que son conocidas popularmente como estatinas. Pero resulta que están cada vez más cuestionadas.

Se han convertido en un problema de salud pública. El diez por ciento de los ingresos en un hospital se producen por los efectos secundarios de los medicamentos. Y una estatina, la atorvastatina, se lleva la palma con un 3,6% de esos ingresos.

Este mes se ha publicado un trabajo realizado por 17 médicos basado en una revisión de datos de pacientes de casi 1,3 millones de personas.

Los autores concluyen que el uso de estatinas para reducir el colesterol tiene un "dudoso beneficio" cuando se usa como prevención primaria de la enfermedad cardiovascular.

El trabajo cuestiona las recomendaciones oficiales hechas hasta la actualidad por estar "basadas en estadísticas engañosas, haber excluido los ensayos fallidos e ignorar numerosas observaciones contradictorias".

Los investigadores no encontraron ninguna asociación entre el colesterol alto total y la aterosclerosis (endurecimiento de las arterias) y constataron al menos cuatro estudios que confirmaron la falta de asociación entre el LDL-C (el considerado "malo") y la aterosclerosis.

También observaron que los enfermos con infarto agudo de miocardio tenían un colesterol "malo" más bajo que lo normal y que los individuos sanos con un colesterol "malo" bajo tienen un riesgo "significativamente mayor" de enfermedades infecciosas y cáncer. Hallazgos sorprendentes pero no tanto como que las personas mayores con niveles altos de LDL-C viven más tiempo.

También de este mes de septiembre es un trabajo publicado en el British Medical Journal (BMJ) cuyo objetivo ha sido evaluar si el tratamiento con estatinas se asocia a una reducción de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ECV) y la mortalidad en adultos mayores y muy ancianos con y sin diabetes. Los datos provienen de la base de datos del sistema catalán de atención primaria.

La muestra también es bastante amplia, casi 47.000 personas. ¿Sus conclusiones? En participantes mayores de 74 años sin diabetes tipo 2, el tratamiento con estatinas no se asoció con una reducción de la ECV aterosclerótica ni con la mortalidad por todas las causas, incluso cuando la incidencia de ECV aterosclerótica fue estadísticamente significativamente mayor que los umbrales de riesgo propuestos para el uso de estatinas.

Atención que en pacientes con diabetes, el uso de estatinas se asoció de manera estadísticamente significativa con reducciones en la incidencia de ECV aterosclerótica y en la mortalidad por todas las causas. Este efecto disminuyó después de los 85 años y desapareció en nonagenarios. Los investigadores concluyeron también que "estos resultados no respaldan el uso generalizado de estatinas en poblaciones mayores y muy mayores, pero sí respaldan el tratamiento en personas con diabetes tipo 2 menores de 85 años".

Como indica el médico Carlos Álvarez-Dardet:
"Estamos obligando a mucha gente a hacer cosas para prevenir enfermedades que nunca ocurrirán. Haciendo dietas tomando estatinas y viviendo en un estado de vigilancia permanente. La iatrogenia virtual (producir daño para prevenir una enfermedad que no va a ocurrir) es para mí el principal problema".
Es lo que él llama salud persecutoria. Y es un buen negocio promovidos por los lobbies industriales. Por ejemplo, hace tiempo os conté que la American Heart Association (AHA) y el Colegio Americano de Cardiología (ACC) publicaban nuevas directrices en la prevención de las enfermedades cardiovasculares.

Como dice el médico Juan Gérvas: "Son un ejemplo flagrante de lo mal que está la medicina actual".

Las directrices proponen una gigantesca expansión en el uso de las estatinas en personas sanas; su cumplimiento supondría que más del 44% de los hombres y del 22% de las mujeres sanas entre las edades de 40 y 75 años deberían estar medicándose. Y en esas estamos.

Cada vez hay más especialistas que piden su retirada del mercado.