Imagen
© Desconocido
Los ácidos grasos omega 3, presentes en todos los pescados, sobre todo el salmón, la sardina y el bacalao, reducen la inflamación en pacientes con artritis reumatoide, según han destacado expertos reunidos recientemente en Málaga, en el marco del XXXVII Congreso de la Sociedad Española de Reumatología.

"Diversos estudios aportan evidencias sobre la mejoría sintomática del aceite de pescado en la artritis reumatoide establecida, con una relación dosis-respuesta y unos efectos beneficiosos que generalmente no aparecen hasta los 2 ó 3 meses después de iniciar la toma del suplemento", ha indicado la especialista de la Unidad de Investigación de la Sociedad Española de Reumatología, María Jesús García de Yébenes.

En concreto, los ácidos grasos omega 3 ejercen su efecto antiinflamatorio por diferentes mecanismos como la disminución de la síntesis de eicosanoides proinflamatorios, la producción de mediadores de antiinflamatorios (resolvinas), la alteración de la quimiotaxis de leucocitos o la señalización intracelular y de los factores de transcripción.

"Se piensa que el cambio en la composición lipídica de la membrana tiene efectos en la función de las células inmunitarias y en el proceso inflamatorio por diferentes mecanismos: presentación del antígeno, actividad de los linfocitos T y síntesis de mediadores inflamatorios", ha detallado esta experta.

Dietas Pobres en Omega 3

Los ácidos grasos omega 3 se denominan esenciales porque no pueden ser sintetizados por el organismo y, por tanto, deben ser ingeridos en la dieta. Sin embargo, las dietas de los países occidentales generalmente son abundantes en ácidos grasos omega 6 y pobres en omega 3.

En este sentido, dicha investigadora ha recordado que es "importante" que exista un equilibrio en el consumo de ambos tipo de ácidos grasos, ya que un exceso de cualquiera de ellos afecta al otro, reduciendo su incorporación a los tejidos y alterando sus efectos biológicos debido a la competencia de ambas familias de ácidos grasos por las mismas rutas metabólicas.

Aparte del aceite de pescado, estos ácidos grasos se encuentran también en todos los pescados, en el aceite de lino y en las nueces. Sin embargo, la experta sostiene que "a pesar de esta diversidad de fuentes dietéticas de ácidos grasos omega 3 para conseguir el efecto antiinflamatorio es preciso recurrir al aceite de pescado, ya que su concentración en los nutrientes vegetales es escasa".