Los expertos alertan del fenómeno del "hambre oculta" en los países desarrollados. El vegetarianismo y veganismo podrían ser las causas.

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© robyn beck/Agence France-Presse/Getty Images
Un fenómeno impensable asola a los países del primer mundo. Parte de la población de zonas desarrolladas como Estados Unidos o Europa empieza a sufrir malnutrición debido al auge de modas como el veganismo, la vertiente extrema del vegetarianismo. La tendencia hacia el animalismo, que iguala la vida de un ser humano a la de una vaca o una sardina, ha provocado que muchas cocinas no cuenten con alimentos como el queso, los huevos, la leche o nada que provenga de un ser vivo.

Estas decisiones personales a la hora de comer están aumentando en la última década y ya se han convertido en un problema de salud pública. Este nuevo rumbo de muchos occidentales está causando la ya denominada por los expertos como "hambre oculta", siendo calificado como un problema creciente, según los nuevos datos compilados por la UNFood and Agriculture a nivel mundial. En esta línea, se calcula que la cantidad de personas que se pasaron al veganismo en Reino Unido se ha multiplicado por cuatro en los últimos diez años, según la Vegan Society. En Estados Unidos, el 5% de los norteamericanos son vegetarianos y, de éstos, el 2,5% sería vegano.

Siguiendo el estudio, los números sorprenden: uno de cada cuatro niños en Estados Unidos tiene falta de calcio, magnesio, Vitamina A, D y E. En el caso de los adultos vegetarianos y veganos, las carencias pasan por la importantísima vitamina B12. La deficiencia de yodo también está causando una mayor incidencia en deterioros mentales prevenibles en Reino Unido, colocando al país británico en la séptima posición del mundo con mayor carencia de este mineral entre sus ciudadanos. Fragilidad y rotura de huesos, ansiedad, problemas mentales, cansancio, fatiga, mareos, hipertensión o colesterol son algunos de los achaques que se acrecientan en las sociedades modernas debido, en parte, a esta malnutrición deseada.

Omnívoros conversos sin información

Ramón de Cangas, es dietista y nutricionista y conoce de primera mano a los omnívoros conversos. Hasta su consulta llegan pacientes entusiasmados por hacerse veganos. El especialista recoge a través de su blog las desventajas para la salud que podría ocasionar y la aniquilación de la carne u otros derivados del animal como los huevos o los lácteos

Se puede ser vegano y estar sano, pero De Cangas opina que, aunque una dieta vegana se haga desde el más estricto control médico, "siempre habrá carencias de vitamina B12 que habrá que complementar con suplementos alimenticios". Pero, atención, y aquí es donde estaría el quid de la cuestión, los complejos en forma de cápsulas de la B12 "nunca tendrán los mismos componentes nutricionales que los alimentos que la contienen".

Es decir, que la comida es difícilmente imitable a modo de líquidos y pastillas de herbolarios. Sencillamente, resultarían ser un remedio paliativo para los veganos. Las posibles erosiones en la salud son más elevadas que las carencias de una persona omnívora. La evolución no perdona y las necesidades alimenticias son evidentes.

De todos modos, De Cangas aclara que una dieta vegana sin carne, pescado, huevos, lácteos o miel "es perfectamente válida incluso para niños". Pero con un matiz relevante: "Debe ser seguida por el control de los médicos. No vale sólo con el visto bueno de un dietista", refleja el especialista en alimentación. Las analíticas, con total probabilidad, pueden arrojar deficiencias si no se realizan las rutinas nutricionales correctamente.

Ahora bien, ¿qué vegano sigue con control médico lo que come o deja de comer? Es aquí donde reside el principal problema y lo que puede estar provocando que a la larga se dé el fenómeno de "hambre oculta" en los países desarrollados. "Tenemos supermercados que funcionan como una gran nevera gigante, hay de todo, pero cada vez se tiene menos cultura nutricional", lamenta Rosa María Artacho, nutricionista crítica con los veganos.

Malnutridos obesos

El fenómeno de los malnutridos en el primer mundo no es exclusivo del segmento poblacional vegano, también está sucediendo entre los omnívoros: "Puedes decir que comes de todo, pero después no sabes alimentarte de forma variada. Los expertos nos encontramos cada vez más colesterol en niños y casos de hipertensión en adultos jóvenes que no deberían tenerla", afirma Artacho. Es así como la experta explica la invasión de la dieta yanqui, presente en las estanterías de cualquier hipermercado. "Los carbohidratos son los grandes protagonistas en el carrito de la compra. Dulces, pan, salsas... Hay una clara tendencia a sobrepasarnos y obviar la sopa de verduras o el plato de lentejas. En el extremo opuesto están los veganos. En ambos casos se da la malnutrición", arguye la dietista.

Como solución a las dietas radicales, la nutricionista propone consultas rápidas en blogs médicos que los usuarios pueden encontrar en la red. "Lo ideal sería ir al médico o a un experto en regímenes, pero si no tienes tiempo, hoy en día, hay muchísima información en Internet donde puedes asesorarte y cuentan con avales de clínicas médicas oficiales. Debemos aprender a comer bien y no hay excusa actualmente para no hacerlo", remata Artacho.