Me alegró mucho ver otro artículo más en las páginas del diario The Guardian esta semana ensalzando la necesidad vital de que todo el mundo cambie a una dieta basada en plantas con el fin de "salvar el planeta". Este es, según mis cálculos, elcuartoartículo de este tipo que ha salido del The Guardian en los últimos meses (ups, quise decir el quinto).
NPC Guardian headline
"Carne mala. Dieta con base en plantas buena. Granos buenos. Carne hace el clima malo. Gente que come carne odia el planeta. Odia los animales. Todos deben ser veganos.
NPC #295887

"Expertos dicen que la carne es mala. Estudios muestran que la carne es mala. Celebridades no comen carne. Clima odia la carne."
Parecen estar bien decididos a conseguir que todos estén de acuerdo con la dramática ficción de que arruinar nuestra salud al darle al cuerpo el alimento menos ideal va a apaciguar a los dioses del cielo detener el cambio climático y salvar el mundo. Aparentemente, cenar comida para conejos como santurrones tiene la capacidad mágica de cambiar el clima a un estado más estable, más "frío". Simplemente ignore el hecho de que la ciencia en la que se basa esta afirmación pueda ser cuestionable; si el Guardian dice que es verdad, ¿quiénes somos nosotros para ponerlo en tela de juicio? Suelta ese filete, hijo. Tenemos un planeta que salvar.

Este artículo se centra en otro "estudio" con una perspectiva equivocada sobre cómo salvar el mundo, en el que se examinan las prácticas modernas de cría de animales y los problemas que causan, y se ofrece la única solución posible: eliminar por completo la cría de animales (o, al menos, reducir de manera significativa la cría de animales mediante el cambio de la dieta de la población a una que esté más basada en plantas). Como de costumbre, lo enmarca todo en términos de blanco y negro, ignorando el hecho de que el cambio a prácticas sostenibles de cría de animales tiene un efecto beneficioso neto sobre el medio ambiente con el añadido de hacer que la carne sea más sana.

He escrito sobre esto bastante extensamente en el pasado (aquí, aquí, aquí, y aquí, en particular). En uno de mis artículos anteriores, que por cierto logró sacar a relucir la ira de los veganos en los comentarios como ninguna otra cosa que haya escrito, mencioné eso:
El problema es que quienes argumentan que el consumo de carne perjudica al medio ambiente mezclan sistemáticamente el consumo de carne con la ganadería intensiva (CAFO, por sus siglas en inglés). No son la misma cosa, como Joel Salatin ha demostrado repetidamente. Del mismo modo en que ha hecho Lierre Keith en su imprescindible libro El Mito Vegetariano. Cierto, la ganadería intensiva no es buena para el medio ambiente, pero decir que todo el consumo de carne apoya y depende de este tipo de ganadería es incorrecto. La agricultura que imita la forma en que los animales de pastoreo interactúan naturalmente con el medio ambiente es buena para el medio ambiente, de tantas maneras que es probable que los seres humanos nunca sean capaces de reproducirlas por sí mismos. Lo mismo ocurre con los monocultivos frente a los policultivos: los primeros explotan el medio ambiente, los segundos lo construyen y lo protegen (y no es sin ironía que la dieta vegana dependa esencialmente de los monocultivos).
En pocas palabras: la respuesta a los problemas ambientales, incluso añadiendo el problema de las emisiones de carbono si usted cree en esas tonterías, es cambiar las prácticas de la ganadería de las operaciones de CAFO por métodos sustentables. No, esto no produce más carbono, no desvía más agua, no quita recursos vitales a las plantas. Es literalmente todo bueno.

El gran empuje hacia una dieta basada en plantas no proviene sólo de los individuos, a pesar de los muchos súbditos en la base de la pirámide que le dan un rostro humano a la propaganda (*tose* George Monbiot *tose*). El empuje a base de plantas es un esfuerzo corporativo, de principio a fin, y es un emprendimiento monetario realmente grande.

En un artículo publicado recientemente por la Coalición de Nutrición titulado ""Big Pasta" Cooks Up Self-Interested Nutrition Science" ["La Gran Pasta" cocina la ciencia nutricional para su propio beneficio], el autor detalla cómo el gigante corporativo de la pasta (que es un "gigante" de la talla de unos 3.500 millones de euros a nivel global) Barilla, a través de su filial Barilla Center for Food and Nutrition Foundation (BCNF), impulsa la narración de la dieta basada en plantas en una estrategia de múltiples frentes. Emiten publicaciones, como el recientemente publicado libro Planeta Nutrido: La Sostenibilidad en el Sistema Alimentario Mundial (Island Press, junio de 2018); gastan dinero en "investigación externa" destinada a influir en la política nutricional mundial; organizan foros internacionales en varias ciudades de todo el mundo y, lo que es quizás más preocupante, financian estudios clínicos, muchos de los cuales tienen por objeto promover los beneficios de la pasta para la salud y la pérdida de peso (usted leyó bien). Del artículo de la Coalición de Nutrición:
En 2016, la empresa financió estudios clínicos en Estados Unidos y Europa, investigaciones "dirigidas a evaluar de forma independiente y con objetividad científica, el impacto del consumo de pasta sobre el peso corporal",⁴ entre otros marcadores de salud, un trabajo que enfatiza "la calidad nutricional de los hidratos de carbono complejos aportados por la pasta, que actúan de forma diferente a muchas otras fuentes de alimentos con base en carbohidratos". Barilla cofinanció una investigación que concluyó que comer pasta como parte de la dieta mediterránea está asociado con un índice de masa corporal y una relación cintura-cadera más bajos. Sin embargo, el estudio fue observacional -incapaz de demostrar la causalidad- y llegó a sus conclusiones sólo después de amplios ajustes estadísticos.

Medios de comunicación establecidos como Newsweek, New York Daily News y Business Insider informaron sobre estudios realizados sin escrutinio por científicos financiados por Barilla, con titulares que declaran que comer pasta está "vinculado a la pérdida de peso". Un artículo de Buzzfeed señaló que desde 2008, al menos 10 estudios revisados por expertos sobre la pasta han sido financiados directamente por Barilla o llevados a cabo por científicos con conexiones financieras con el gigante mundial de la pasta. Uno de los científicos, David Jenkins, del Hospital St. Michael's de Toronto, dijo a Buzzfeed que Barilla había contribuido con 456.000 dólares a su investigación entre 2004 y 2015, así como con fondos para viajes.
Podría parecer extraño que una compañía multimillonaria que paga para hacer creer a todo el mundo que comer pasta los va a convertir en un modelo de Instagram vaya a publicar libros que promuevan la propaganda ambiental. Pero es evidente la confluencia de intereses: fomentar una dieta basada en plantas bajo el pretexto de "salvar el medio ambiente" de los peligrosos pedos de vaca como una forma disimulada de fomentar el consumo de pasta. Barilla ha pasado completamente a la promoción del argumento ecológico, publicando una "pirámide doble" que coloca una pirámide invertida que representa a los (supuestos) peores ofensores del medio ambiente junto a la conocida pirámide alimenticia. Por supuesto, la pirámide invertida coloca todos los productos animales en la parte superior, mientras que los granos, las frutas y las verduras se encuentran en la parte inferior, el lugar menos dañino para el medio ambiente. Sólo con un sesgo de confirmación de grado tan extremo se puede ignorar la grave degradación ambiental de la agricultura de monocultivos, los organismos genéticamente modificados, los productos químicos agrícolas, etc. No lo he leído (ni lo leeré), pero estoy seguro de que cuentan con la vieja fórmula del "uso de calorías relativo a la tierra" (las calorías son la forma más reductora y simplista de examinar el valor de los alimentos).

Este es sólo un ejemplo de cuánto dinero hay detrás de esta promoción del vegetarianismo/veganismo. La red es muy amplia, con la contribución de algunas de las instituciones más grandes. Pero el punto no es denunciar una masiva red conspirativa de poderosos actores. Se trata de señalar que los titulares de los medios de comunicación que estamos viendo, y los estudios en los que se basan, provienen de intereses lucrativos que tienen una agenda.

El artículo de la Coalición de Nutrición especula que la tendencia al alza hacia dietas bajas en carbohidratos, o que por lo menos evitan los granos, está reduciendo las ganancias de los intereses de las grandes empresas como Barilla, o el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés). Del artículo:
No hay duda de que Barilla se enfrenta a los retos del mercado a la luz del rápido crecimiento en la popularidad de las dietas bajas en carbohidratos y cetogénicas. "Ceto" es la búsqueda de dietas de más rápido crecimiento en Google, y a partir de 2014, el número de estadounidenses que evitan la pasta y otros carbohidratos se acercó a un tercio, superando el auge de la locura de la dieta Atkins. La misma encuesta encontró que el 44 por ciento de los estadounidenses que están tratando activamente de perder peso evitan los carbohidratos.
Es difícil saber si la tendencia en la reducción de carbohidratos, y dietas cetogénica y carnívora, son o no una amenaza para estos intereses de la gran industria de alimentos. Puede ser simplemente que conseguir que más y más personas renuncien a la carne les lleve inevitablemente a aumentar la cantidad de productos agrícolas que están comiendo y que ni siquiera consideren el creciente interés en las dietas basadas en la carne. Pero con toda seguridad, a los patrocinadores corporativos no les importa una soberana mierda el medio ambiente, a pesar de lo que digan, pero quieren que a usted le importe y acepte la culpa que están vendiendo y "haga su parte" reemplazando la comida más nutritiva que usted puede comer con rellenos nutricionalmente vacíos como granos, legumbres y verduras.

Mientras que los veganos todavía se presentan, sin ironía alguna, como más o menos contraculturales y rebeldes contra el sistema, su movimiento está ahora totalmente patrocinado por las corporaciones y el gobierno, y es apoyado por las corporaciones de los medios de comunicación casi unánimemente. Recientemente Facebook se unió a los defensores del abuso infantil Raise Vegan, una revista que trata sobre la crianza de niños con una dieta vegana, lanzando un programa piloto para "llevar el aula a los padres, en un esfuerzo por alentar la crianza de niños con dietas basadas en vegetales". El programa es esencialmente una aplicación diseñada para educar adoctrinar a padres a través de cursos de 6 semanas impartidos por "expertos". Es bueno que estén usando expertos; no me gustaría que mi hijo comenzara un programa intensivo de desnutrición lenta bajo la guía de aficionados.
vegan vandalism
Atacando el sustento del dueño de un pequeño negocio. Qué rebeldes. Luchen contra el poder.
Sin embargo, los verdaderos rebeldes, si es que a alguien le interesa presentarse como tal, son aquellos que trabajan en contra de esta fuerza monolítica tratando desesperadamente de lograr un consenso nutricional y ambiental. Hay una razón por la que cualquier artículo de prensa que menciona las dietas carnívoras de Jordan y Mikhaila Peterson, por muy positivos o inocuos que sean, inevitablemente cita a un "experto" que le dice a la gente que es mala idea ir en contra del dogma dietético. O cualquier artículo que mencione al Dr. Shawn Baker tiene que añadir la advertencia de que su licencia médica fue revocada (a pesar del hecho de que fue específicamente atacado, desde su perspectiva; es un eco de la batalla de Tim Noakes contra los tiranos burocráticos).

Cada vez que las corporaciones, los medios de comunicación, la mala ciencia, las organizaciones sin fines de lucro, las personas que influyen en las políticas y el gobierno se unen para impulsar un punto de vista en particular, tenemos motivo para una gran alarma. Cualquiera que piense en esto, realmente pensando, sería capaz de ver a través de la farsa, o por lo menos, de empezar a plantearse preguntas. Sin embargo, la programación es tan minuciosa en este caso, y está ligada a tantas provocaciones emocionales, que es poco probable que veamos a mucha gente escapar de la succión de este remolino. Lástima que lo paguen con su salud.
soy vegano