Traducido por el equipo de Sott.net en español

Así que aquí está, el anuncio que hemos estado esperando... ¡todos a bordo para otro crucero en el nuevo y mejorado U.S.S. Socialista Mágico con su capitán Bernie Sanders al timón! Si no están familiarizados con este extraordinario barco, es como el lujoso transatlántico de El cristiano mágico, excepto que atiende a los crédulos socialistas estadounidenses en lugar de a los asquerosos ricos británicos. Los boletos cuestan sólo 27 dólares... así que dense prisa, ¡porque se están terminando!
bernie sanders
Así es, amigos, Bernie está de vuelta, y esta vez no es sólo una broma sádica en la que los pone a todos entusiasmados con su falsa "revolución" durante quince meses, lo engañan y lo dejan fuera de la nominación, y luego respalda a cualquier candidato comprado por las corporaciones por el que el Partido Demócrata les ordene votar.

No, ¡esta vez el Bernardo lo dice en serio! Esta vez, cuando el Comité Nacional Demócrata (DNC) amañe las primarias para entregar la nominación a Harris, o a Biden, o a algún androide multimillonario como Michael Bloomberg, Bernie no les romperá el corazón al negarse a postularse como candidato independiente, libre de las corporaciones y los oligarcas que son dueños de ambos partidos políticos, ni los hará sentir como tontos por creer su numerito de la "revolución". ¡No va a doblarse como un traje de cincuenta dólares y empezar a repetir la propaganda que los medios corporativos van a vomitar prodigiosamente para convencerlos de que los rusos y los nazis van a venir a menos que voten por la marioneta pre-ungida del imperio!

Bernie nunca soñaría con hacer eso... o al menos nunca soñaría con hacerlo dos veces.

Después de todo, la credulidad de la gente tiene sus límites. Uno no podría realizar la misma estafa, con el mismo mensaje falso y el mismo mesías falso, una y otra vez, y esperar que la gente cayera en la trampa. Si pudiera, bueno, eso sería extremadamente deprimente. Eso significaría que podría hacer que la gente creyera casi cualquier cosa, o que estamos atrapados en un bucle de realidad multidimensional eternamente recurrente. El próximo año y medio, la política estadounidense se desarrollaría como una de esas películas de imitación, mezcla del Día de la marmota con El cristiano mágico con Sospechosos comunes, dirigida por David Lynch, pero mientras ingiere LSD. Seríamos bombardeados por memes reciclados de "Sientan el Bern". Las acciones de las empresas que fabrican los saquitos de arroz con los que los jipis juegan a dominadas se irían al cielo. Ese pajarito espeluznante volvería a revolotear, aterrizaría en el podio de Bernie otra vez y cantaría "L'Internationale" [himno socialista.- NdT]. La gente comenzaría a agendar a Tim Robbins para entrevistarlo [el actor y director Tim Robbins apoyó a Sanders en su campaña de 2016.- NdT]. Ben & Jerry's lanzaría otro sabor revolucionario de helado Bernie... y al final todo sería en vano.

Pero eso no va a pasar esta vez. No, esta vez, ¡el socialista mágico de EE.UU. zarpa directo a Socialismolandia! ¡Esta vez, es realmente la Revolución! ¡El fin del capitalismo global! Y lo mejor de todo es que ni siquiera tienen que tomar las armas, organizar una serie de huelgas salvajes, bloquear las principales carreteras, ocupar aeropuertos o paralizar la economía de Estados Unidos... ¡todo lo que tienen que hacer es votar por Bernie!

Verán, ¡esa es la magia de la política electoral! La clase dominante capitalista global, a pesar de que son dueños de los bancos y de las corporaciones, que son dueños del gobierno, que es dueño de los servicios militares y de inteligencia; y a pesar de que son dueños de los medios de comunicación y de todas las industrias y canales de comercio esenciales, y están reestructurando implacablemente todo el planeta (que gobiernan con casi total impunidad) para conformarse a su ideología neoliberal desalmada, y están más que felices de desatar a sus matones militarizados sobre cualquiera que se interponga en su camino... a pesar de todo eso, si elegimos a Bernie como presidente, ¡no tendrán otra opción que rendirse pacíficamente y transformar a Estados Unidos en un País de las Maravillas socialista!

Claro que no estarán contentos, pero no tendrán más remedio que aceptar lo que Bernie y sus seguidores quieran, ¡porque así es como funciona la democracia estadounidense! Lo hemos visto en acción estos dos últimos años, desde que Donald Trump fue elegido presidente. La clase dirigente no estaba muy emocionada con eso, pero tuvieron que dejar de lado sus propios intereses egoístas y respetar la voluntad del pueblo estadounidense... ¡porque imagínense lo que podría haber pasado si no lo hubieran hecho!

Por ejemplo, podrían haber inventado una historia sobre Trump como un agente de la inteligencia rusa que estaba conspirando personalmente con Vladimir Putin para destruir el tejido de la democracia occidental, para que Rusia pudiera apoderarse de todo el planeta. Podrían haber respetado a periódicos como The New York Times y The Washington Post y a cadenas de televisión como CNN y MSNBC que difunden esta historia, y la refuerzan sutilmente en infinitas variaciones, diariamente durante más de dos años. Podrían haber nombrado a un fiscal especial para investigar los hechos de su historia inventada, y acusar a un grupo de rusos no extraditables y a un puñado de idiotas inveterados de Washington, D.C. para hacer que todo pareciera legítimo. Al mismo tiempo, podrían haber hecho que los medios de comunicación advirtieran a todo el mundo, una y otra vez, que Trump, además de ser un traidor, era también la segunda venida de Hitler, y que estaba a punto de incendiar el Capitolio, declararse Führer, y arrestar a los judíos. ¡Podrían haber generado tanta histeria de masas y paranoia de Putin-Nazi que los liberales estarían viendo literalmente a rusos y nazis salir de las cloacas!

Afortunadamente, el sistema capitalista mundial, por respeto a la democracia y al pueblo estadounidense, decidió no seguir ese camino. Si los estadounidenses decidieron elegir a un imbécil presidente parlanchín, ese era su derecho, y estaba lejos de que el imperio interfiriera con él. Debe haber sido tentador usar todo su poder para demonizar a Trump con el fin de enseñar al mundo lo que sucede cuando uno es elegido presidente sin su permiso, pero ellos se contuvieron... ¡y gracias a Dios por eso! Ni siquiera quiero contemplar el alcance de la rabia y el cinismo que habrían fomentado entre el público al hacer las cosas que acabo de esbozar. Eso podría haber dejado a la gente con la falsa impresión de que sus votos no significan absolutamente nada, y que todo el sistema electoral estadounidense es sólo una simulación de la democracia, y en realidad viven en un imperio capitalista global neo-feudalista, de facto administrado por parásitos humanos omnipotentes que adoran el dinero y que no estarán satisfechos hasta que hayan reconstruido toda la creación en su imagen nihilista.

Afortunadamente, las clases dominantes nos ahorraron todo eso, ¡así que ahora podemos subir a bordo del Socialista Mágico y tomar otro crucero con el Capi Bernie! Considerando lo magnánimos que han sido con Trump, una vez que Bernie gane las elecciones justa y limpiamente, el imperio claramente no tendrá ningún problema con que él nacionalice el sistema de salud estadounidense, triplique los impuestos a los súper ricos, subsidie la educación universitaria y todas esas otras cosas geniales del socialismo (es decir, las cosas que todavía tenemos aquí en Europa, junto con alguna apariencia de solidaridad cultural, aunque los capitalistas globales están trabajando para arreglar eso).

Ah, sí, y en caso de que les preocupe que Bernie respalde la operación de cambio de régimen del imperio en Venezuela, no lo hagan. Sólo está jugando ajedrez 4D, como hizo Obama a lo largo de su presidencia, fingiendo que hacía lo que le pedía el imperio, mientras que en realidad se dedicaba a resucitar la esperanza y erradicar el racismo. ¡Bernie está siendo así de astuto! Puede parecer que se está alineando con matones asesinos en masa como Elliot Abrams y monstruos sádicos como Marco Rubio, pero no es así. En realidad, no. Es sólo una actuación. Quiero decir, tiene que ser elegido, ¿no?

¿De qué otra manera vamos a llegar al Socialismolandia?
Sobre el autor

C.J. Hopkins es un galardonado dramaturgo, novelista y satírico estadounidense radicado en Berlín. Sus obras son publicadas por Bloomsbury Publishing (Reino Unido) y Broadway Play Publishing (Estados Unidos). Su primera novela, ZONA 23, es publicada por Snoggsworthy, Swaine & Cormorant. Puede ser contactado en cjhopkins.com o consentfactory.org

Siéntase libre de venir a buscarlo a Berlín y comprarle una cerveza. Es conocido por frecuentar un surtido de establecimientos rusos extremadamente sospechosos en Kreuzberg.