Traducido por el equipo de Sott.net en español

¡Metan a los niños a la casa! ¡Cierren las puertas! ¡Cubran las ventanas! ¡Saquen las máscaras antigás y los trajes contra materiales tóxicos! Según los medios de comunicación corporativos, ¡ahora estamos oficialmente en las profundidades de una pandemia mortal de antisemitismo! ¡Y justo cuando la amenaza de los "influencers" rusos que controlan la mente estaba finalmente disminuyendo! Parece que el tejido de la democracia occidental no puede tener un respiro estos días.

panic
Los orígenes de esta perniciosa peste que provoca pánico siguen envueltos en el misterio, pero los epidemiólogos creen ahora que comenzó en la primavera de 2015, poco después de la dimisión de Ed Milliband como líder del Partido Laborista del Reino Unido, y se globalizó en el verano de 2016, justo en el momento del referéndum del Bréxit y de la nominación de Donald Trump. (Aunque la evidencia circunstancial es abrumadora, hasta la fecha no existe ninguna prueba concluyente de que los diseñadores rusos de armas biológicas hayan preparado el virus en un hotel de Salisbury y lo hayan rociado en el pomo de la puerta de alguien).

Los virólogos están trabajando día y noche para mapear el genoma de este azote escabroso del que se sabe muy poco, aparte de que tiene un inicio repentino, y ataca el centro lingüístico del cerebro, haciendo que el enfermo exprese opiniones sobre el "sionismo", el "globalismo", el "lobby" de Israel, los "bancos" y otras palabras en clave para hablar de los "judíos". Los pacientes parecen no ser conscientes de que están pronunciando estas palabras en clave antisemitas hasta que los medios de comunicación corporativos, o sus colegas, o alguna cuenta aleatoria en Twitter, les dicen que eso están haciendo, en cuyo momento sus síntomas se alteran dramáticamente, y sufren una serie de espasmos, lo que les hace disculparse repetidamente por haber defendido involuntariamente el exterminio de todo el pueblo judío y el establecimiento de un Reich nazi a nivel mundial.

En estos momentos, Gran Bretaña se está llevando la peor parte. A pesar de los esfuerzos de las clases dominantes y de los medios de comunicación por contener su propagación, se han registrado varios casos nuevos de antisemitismo en todo el Reino, o al menos entre el Partido Laborista, que, a estas alturas, ha sido tan profundamente infectado que parece un culto neonazi a la muerte.

El pecado de Corbyn: La solidaridad elemental con el pueblo palestino sometido a feroces ataques por parte del Estado sionista, extremadamente bien armado, o simplemente decir la verdad sobre la enorme influencia de Israel en los políticos occidentales, se alardean como evidencia de antisemitismo. El uso de antisemitismo como arma contra Corbyn es simplemente una artimaña para bloquear su camino a convertirse en Primer Ministro de Gran Bretaña.

Jeremy Corbyn, que contrajo el virus más o menos en el momento en el que asumió el liderazgo, ahora presenta síntomas de enfermedad en etapa tardía. Fuentes confiables cercanas al partido, contactadas para recibir comentarios durante un almuerzo en Qatar con Tony Blair y un montón de saudíes, informan que Corbyn está corriendo por todo el cuartel general de Momentum con la vestimenta nazi completa, alternativamente haciendo el saludo nazi a Hitler y buscando periodistas a quienes pedirles disculpas.

Otro diputado laborista, Chris Williamson, tuvo que ser puesto en cuarentena sumariamente después de pedir disculpas públicamente por no haberse disculpado por haber incitado a una reunión de miembros laboristas a dejar de pedir disculpas por negarse a pedir disculpas por ser antisemitas repugnantes... o algo básicamente así. Owen Jones niega ferozmente negar que el partido es una colmena de nazis, y que nunca negó que negar el hecho de que hay cero pruebas reales de ese hecho sea esencial para preservar lo que queda del partido, una vez que se haya curado del antisemitismo, o se haya disuelto y reconstituido desde la nada.

Las medidas de emergencia ya están en vigor. Es inminente el cierre total del Partido Laborista. A quien no esté infectado se le aconseja que huya del partido, que denuncie a quien no lo haya hecho como "un simpatizante de Corbyn amante de Hitler" y que se disculpe profilácticamente por cualquier declaración crítica que haya hecho sobre Israel, o sobre las "élites", o sobre el "capitalismo global", o sobre los "banqueros", o sobre cualquier otra cosa que cualquiera pueda interpretar como antisemitismo (preferiblemente en las páginas de The Guardian).

¡Tampoco se ha salvado el Viejo Continente! Lo que al principio parecía ser una serie de protestas espontáneas contra Emmanuel Macron, la austeridad económica y el capitalismo global por los llamados "chalecos amarillos" en Francia, ahora ha sido diagnosticado oficialmente como un brote de antisemitismo a nivel nacional. En un intento heroico de contener el brote, Macron ha enviado a sus fuerzas de seguridad para que le disparen en los ojos a las mujeres desarmadas, que rocíen gas pimienta a los parapléjicos en sillas de ruedas y, en general, para que les den una paliza a todos. Extrañamente, ninguna de estas tácticas ha funcionado, así que Francia ha decidido unirse a los EE.UU., al Reino Unido, Alemania y al resto del imperio para definir el antisionismo como una forma de antisemitismo, de tal manera que cualquiera que sugiera que Israel es de alguna manera inherentemente racista, o un Estado de apartheid cuasi fascista, o que haga bromas sobre las "élites" o los "banqueros", puede ser detenido y enjuiciado por cometer un "crimen de odio".
anti-semitism
De repente todo mundo es antisemita.
Mientras tanto, en Estados Unidos (donde Donald Trump, "el paciente cero de EE.UU.", ya ha contagiado él solo a la gran mayoría de la población estadounidense, y transformado la nación en un Reich Nazi irreconocible y genocida), el virus del antisemitismo se ha extendido ahora al Congreso, donde la representante Ilhan Omar (que tiene la reputación de ser uno de los más duros miembros del infame "Eje del Antisemitismo") aparentemente ha perdido la cabeza y ha empezado a hablar del lobby de Israel y de los miles de millones de dólares que el gobierno de Estados Unidos proporciona a Israel anualmente, y otros temas relacionados con Israel de los que uno simplemente no habla (a menos que uno escriba para The New York Times y no sea un musulmán con hiyab, en cuyo caso está completamente bien caracterizar el apoyo a Israel como "comprado y pagado por el "lobby" de Israel").

Ahora, aquí es donde las cosas se ponen realmente confusas. Trump (quien, recordemos, es literalmente Hitler, o lo era hasta que dio luz verde al intento de golpe de Estado en Venezuela) y los republicanos se han unido a los demócratas para denunciar a Ilhan Omar como una sucia antisemita, y posiblemente una terrorista islámica hecha y derecha (o para condenar la existencia del "odio", o algo así). Los medios de comunicación corporativos, Facebook y Twitter han sido superados por hordas de antisemitas enojados que acusan a otros antisemitas de antisemitismo. El Congreso está a punto de convocar un Comité de Actividades Israelíes de la Cámara de Representantes para investigar a cualquiera que haya traficado con "tropos antisemitas". Meghan McCain estaba tan profundamente horrorizada por las cosas odiosas y antisemitas que Ilhan Omar nunca dijo, que se soltó a lloriquear en la televisión nacional y le rogó a Joy Behar que llamara a un rabino para que la convirtiera al judaísmo en el acto... lo que algunos espectadores encontraron un poco indecoroso.

Vale, lo sé, probablemente usted se esté cuestionando el hecho de que un día esta pandemia antisemita haya surgido del éter, más o menos en perfecta sintonía con el complot ruso para destruir la democracia que Vladimir Putin puso en marcha en el momento en que la Guerra Global contra el Terror parecía estar agotándose. Si es así, usted debe cerrar este ensayo, acceder al sitio web de MSNBC o The Guardian en su teléfono e inocularse contra tales pensamientos. ¡Ese tipo de pensamiento conspiratorio es una de las primeras señales de alerta de que usted ha sido infectado con el antisemitismo! A menos que actúe ahora para protegerse, antes de que se dé cuenta, estará delirando sobre "las clases dominantes", "las élites globalistas", "la austeridad", "el neoliberalismo", "el lobby israelí" o incluso "los palestinos".

¡Así que quítese todo eso de la cabeza! Este repentino brote de antisemitismo no tiene nada que ver con la Guerra contra el Populismo que las clases dominantes capitalistas mundiales han estado librando en los últimos dos años. No es que la clase dirigente caiga tan bajo como para usar el antisemitismo (¡e incluso el Holocausto!) como una estratagema cínica de propaganda para deslegitimar a sus innumerables oponentes y críticos. No, es mucho más creíble que una idiopática pandemia mundial de antisemitismo haya estallado, sin razón aparente, precisamente cuando las clases dominantes capitalistas empezaban a sospechar que tenían una insurgencia "populista" generalizada en sus manos.

Además, incluso si nuestros líderes democráticos, y los periodistas profesionales de los medios corporativos, fueran, de hecho, un montón de escoria sin alma, conspiradora y sociópata, ¿qué propósito tendría para ellos provocar en el público una serie de ataques de histeria masiva por el antisemitismo, o el "populismo", o hackers rusos imaginarios (o inminentes ataques terroristas de lobos solitarios, posiblemente con artefactos nucleares caseros)? Eso no tendría sentido, ¿verdad? La gente estaría tan consumida por el miedo y el odio que difícilmente podrían pensar. Tal vez ni siquiera se darían cuenta de cómo están siendo cínicamente manipulados y están contribuyendo al antisemitismo real al hacer que el término carezca de significado.

No, la teoría de la repentina pandemia de antisemitismo tiene mucho más sentido. Así que saque esas antiguas máscaras de médico de la peste, encierre su pensamiento crítico en su cuarto de seguridad antisemita, y saque la Lista de Schindler en Netflix... ¡oh, y no olvide rastrear en Internet cualquier crítica a las clases dominantes capitalistas, o a los medios de comunicación corporativos, o al neoliberalismo, o a cualquier otro tropo antisemita!