El coordinador principal de política ecológica de Rosatom, Vladímir Grachev, habló con Sputnik sobre los contaminantes que suponen el principal peligro para la humanidad.
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La sociedad está principalmente preocupada por los residuos radioactivos que provienen de las centrales nucleares. La preocupación se redobla en el momento en que hace falta reemplazar el combustible. No obstante, hay otra amenaza mucho más peligrosa e inmediata para la humanidad: las dioxinas.

Hasta la llegada del plástico, la mayor parte de los desechos entraba en un nuevo ciclo de vida de manera relativamente limpia. Así, el papel se reciclaba, mientras que los desechos orgánicos simplemente se pudrían, dijo.

Ahora una de las principales maneras de tratar la basura que contiene plástico es quemándola. "La incineración es, por desgracia, el modo más efectivo y organizado de contaminar el medio ambiente con las dioxinas", concluyó.
"No existe ningún otro problema de residuos que sea más importante que este. Lo peor de todo es que, de momento, no existe un modo bien pensado para solucionar este problema", señaló.
Todos intentan enriquecerse con ello o simplemente prefieren deshacerse de los desechos, opina Grachev. "Como sigamos quemando el plástico, simplemente nos moriremos todos", expresó.

El responsable de política ecológica de Rosatom dijo que ningún residuo radioactivo puede compararse con las dioxinas en términos del daño que pueden infligir.

Una de las razones es que el plástico es una "materia compuesta que contradice a la propia vida", mientras que la radiación en realidad está por todas partes y siempre lo estuvo.
"Yo no estoy de acuerdo con que no se puedan enterrar los residuos nucleares: fueron sacados de la tierra, y allí acaban. Otra cuestión es su estado y accesibilidad, así como muchas otras cuestiones de su conservación que hace falta resolver", destacó.
Además, Grachev se mostró convencido de que el progreso científico dará con una solución a este problema en los próximos 20 o 30 años, o como máximo 50. Entre tales soluciones podría estar una trasmutación acelerada de los elementos con la ayuda de reacciones termonucleares.
"A lo mejor estas reacciones nos ayudarían a cerrar este ciclo de los materiales radioactivos y a destruirlos por completo. Esta sería una solución genial", opinó.
Considerando la cantidad de distintos residuos con los que tiene que tratar la humanidad, Grachev dijo que los más peligrosos deberían ser encomendados a Rosatom, porque solo esta corporación tiene el nivel de competencia necesario.