Le digo que no. Fue la respuesta del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, a la congresista demócrata por California Maxine Waters. La política la preguntó qué haría si Donald Trump le llamara y le dijera que tenía que recoger sus cosas y largarse, abandonar su cargo al frente de la Fed. Powell quiso demostrar que no está debilitado.
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Arrecian los vientos de cola en la Reserva Federal de Powell, quien intenta demostrar que todavía tiene 'power'. En los últimos tiempos se viene seduciendo una serie de eventos que pone en cuestión los principios y los métodos. Por no decir que sus objetivos, esos que hablaban de una tasa por encima del 3%, están muertos y enterrados.

Y por si quedaban dudas de que eso es cosa juzgada, el propio promotor de esas metas declaró que, no sólo no subirán los tipos este año, tal como había anunciado en diciembre pasado, sino que más bien comenzarán a transitar el camino inverso, con un precio del dólar a la baja.

La estantería se le está cayendo a Powell ante sus propios ojos, y no hay nada que pueda hacer. Salvo mantenerse atornillado en su silla, es decir, su cargo, como ha dicho que hará aunque Trump le pida, y para eso se remitió a la normativa: "Lo que he dicho es que la ley me otorga un período de cuatro años y tengo la intención de cumplirla".


Una audiencia ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes fue el escenario de este deseo expresado por Powell, así como el de endilgar a las guerras comerciales iniciadas por su mentor, el inquilino de la Casa Blanca, los sapos que tendrá que tragar: bajar los tipos.

En una exposición preparada, Powell incidió en que "parece que las incertidumbres en torno a las tensiones comerciales y las preocupaciones sobre la fortaleza de la economía mundial continúan pesando sobre la perspectiva económica de Estados Unidos".

En este sentido, Trump ha azotado en reiteradas ocasiones al jefe de la Fed por su intención de continuar subiendo los tipos del dólar, cuando a su entender la economía de EEUU necesitaba de tipos bajos para seguir creciendo. A tal grado llegó su descontento, que en más de una ocasión le amenazó con echarle y llegó a hacer consultas para saber si podía ejecutar la acción.

El Dr. en Economía Eduardo Klinger Pevida explica en este sentido que el movimiento de la tasa de interés es un indicativo de cómo se está moviendo la economía.

"La tasa de interés de EEUU estuvo por varios años prácticamente en cero, de manera de estimular a que el dinero no se depositara, sino que se invirtiera", señala el analista.

En una reciente entrevista Trump lanzó palabras demoledoras. Consultado por Fox Business respecto a Powell, Trump contestó: "Tengo el derecho de degradarlo, tengo el derecho de despedirlo". Y es que el jefe de Estado norteamericano afirma que si el precio del dinero fuera más bajo, la economía estaría creciendo un 4% ó 5%, alrededor de dos puntos por encima de lo que crece la actividad en la actualidad.
"Al momento en que la economía [de EEUU] empezó a reactivarse, las tasas de interés empezaron a subir para controlar cualquier tendencia inflacionaria. Y esto disgustó al presidente Trump que evidentemente tiene la visión de que hay que dejar que haya una presión inflacionaria como factor de estimulación de la economía. Y de ahí a criticar a veces duramente -como él acostumbra- la política del presidente de la Reserva Federal", observa KIinger Pevida.