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© AP / Damir Sencar
El papa Benedicto XVI concluyó el domingo una visita a Croacia criticando lo que llamó la "desintegración" de la vida familiar en Europa y llamó a las parejas a comprometerse en matrimonio y tener hijos.

El pontífice hizo énfasis en la importancia de los valores católicos familiares, incluyendo la oposición al aborto, durante una misa al aire libre ante unas 400.000 personas en el hipódromo de Zagreb, el punto culminante de su viaje para marcar el día nacional de la familia promovido por la Iglesia local.

Los fieles, que acudieron en gran cantidad de todas partes de Croacia y países vecinos, arribaron antes del amanecer al campo, que estaba enlodado a causa de aguaceros la noche previa. El sol se coló entre las nubes cuando Benedicto XVI celebró la misa ante una multitud de fieles que ondeaban banderitas, cuya cantidad excedía los cálculos de 300.000 y cuya devoción pareció impresionar profundamente al pontífice.

Luego de la ceremonia, el Papa oró ante la tumba de un cardenal de la Segunda Guerra Mundial venerado por los católicos por oponerse al comunismo, pero criticado por los judíos por simpatizar con los nazis.

Fue la primera visita del pontífice a Croacia, un país mayoritariamente católico que se apresta a integrarse a la Unión Europea. El Vaticano ha respaldado fuertemente esa integración, ansioso por tener en el bloque de 27 miembros a otro país con valores católicos y ayudar al proyecto de Benedicto XVI de reavivar en Europa el sentido de su patrimonio cristiano.

Pero aunque Croacia es casi 90% católica, permite algunos derechos legales para parejas homosexuales, y, gracias a los remanentes de la legislación de la era comunista, tolera el aborto hasta con 10 semanas de embarazo y posteriormente con el consentimiento de una comisión médica especial. En otras partes de Europa, incluyendo en Italia, hay menos matrimonios y más parejas simplemente deciden vivir juntos.

En su homilía - pronunciada en su mayor parte en italiano y traducida al croata_, Benedicto XVI lamentó "la creciente desintegración de la familia, especialmente en Europa", y exhortó a las parejas jóvenes a resistir "esa mentalidad secularizada que propone vivir juntos como preparación, o incluso substituto del matrimonio".

"¡No tengan miedo de comprometerse con otra persona!", afirmó.

Llamó a los padres a reafirmar la inviolabilidad de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, el lenguaje usado por el Vaticano para expresar su oposición al aborto, diciéndoles: "Queridas familias, regocíjense en la paternidad y en la maternidad!" También los exhortó a respaldar la legislación que respalda a las familias "en la tarea de tener hijos y educarlos".