Al menos 18 personas murieron y 147 resultaron heridas en la zona fronteriza de Turquía a causa de los ataques lanzados desde el territorio de Siria, afirmó el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
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© REUTERS / Stoyan Nenov
"En los ataques a nuestras ciudades fronterizas, 18 conciudadanos nuestros perdieron la vida, entre ellos numerosos niños, y 147 resultaron heridos", declaró Erdogan al justificar el lanzamiento de la operación Fuente de Paz en el noreste de Siria.

El mandatario, citado por los principales canales turcos, mencionó que "hasta la fecha ha habido 652 ataques con morteros y cohetes contra localidades de las provincias de Sanliurfa, Mardin, Sirnak and Gaziantep"

Erdogan reafirmó que el objetivo de la ofensiva, en la que ya fueron neutralizados 490 "terroristas", es establecer una zona de seguridad, de entre 30 y 35 kilómetros, al otro lado de la frontera.

En la operación ya fueron neutralizados 490 "terroristas", 440 de ellos eliminados, 26 son heridos y otros 24 son rehenes, precisó.

Asimismo dijo que en la ofensiva turca han fallecido dos soldados turcos y 16 miembros del Ejército Nacional Sirio respaldado por Turquía.

Hasta la fecha, los militares turcos han tomado bajo control un área de 109 kilómetros cuadrados en el noreste de Siria, añadió Erdogan.


Turquía comenzó el 9 de octubre la operación Fuente de Paz en el noreste de Siria cuyos objetivos, según Ankara, son alejar a las milicias kurdas de la frontera turca y establecer en el noreste del país árabe una zona segura para acoger a los miles de refugiados sirios que permanecen hoy en territorio turco.

La acción apunta contra las formaciones lideradas por los kurdos, entre ellas las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y las YPG (Unidades de Protección Popular) que dominan el noreste sirio y a las que Ankara vincula con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, proscrito en Turquía por considerarse terrorista).

El Gobierno de Siria, que no reconoce la autonomía kurda al este del río Éufrates, ni a su ala militar, las FDS, protestó por la ofensiva turca, denunciando que viola la integridad territorial del país y el derecho internacional.

Estados Unidos, el principal aliado de las milicias kurdas en Siria, rehusó apoyar la intervención de Turquía y retiró sus fuerzas de la zona de hostilidades.