Es muy triste ver lo que está pasando con todos aquellos cuyos negocios han sufrido de una forma muy dura e injustificada, las consecuencias de las medidas políticas tomadas con la excusa del virus.
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La última víctima de todo ello ha sido Alfredo Rodríguez, dueño del famosísimo bar "El Brillante" de Madrid, el rey de los bocatas de calamares. Según informan varios medios, el pasado lunes los empleados del bar se empezaron a preocupar cuando Alfredo, de 67 años de edad, no apareció por el establecimiento y no contestaba a sus llamadas.

Al parecer y, según publica 'El Mundo', Alfredo Rodríguez estaba acuciado por las deudas económicas provocadas por las injustas medidas tomadas con la excusa del virus, que los hosteleros han sufrido especialmente. El dueño del bar, hijo de su fundador -Alfredo Rodríguez Villa- se ha quitado la vida de un disparo en su piso del distrito madrileño de Chamartín.

Ahora vendrán las palabras de lamento y de sentimiento de los políticos responsables de que sucedan cosas como estas. Ahora se les llenará la boca de falso sentimiento cuando han sido precisamente ellos los culpables de que haya habido tantísima gente que haya tomado la misma decisión que ha tomado Alfredo.

Ellos son los culpables y es ahora cuando deberían tener, al menos, el decoro de callar y esconderse. Gentuza irresponsable y servil.

Desde 'El Diestro' queremos enviar todo nuestro apoyo a su familia y expresarle nuestro más sentido pésame.

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