Traducido por el equipo de Sott.net

La administración del presidente Joe Biden anunció el martes que desarrollará una nueva política que obligue a los fabricantes de cigarrillos a reducir la nicotina a niveles no adictivos, una medida que asestaría un fuerte golpe a la industria del tabaco.
cigarettes
© CC0 Public Domain
Si tiene éxito en sus objetivos, la nueva norma estadounidense podría salvar millones de vidas de aquí a finales de siglo, y dar forma a un futuro en el que los cigarrillos ya no sean responsables de la adicción y de enfermedades debilitantes.


Comentario: Un sinsentido. La guerra constante e implacable del poder establecido contra el tabaco no tiene absolutamente nada que ver con "salvar vidas". ¿Cuándo han hecho algo para mejorar realmente la salud de las personas? ¿Qué medidas han tomado los gobiernos en el pasado que realmente hayan permitido salvar vidas?


La iniciativa requiere que la Administración de Alimentos y Medicamentos elabore y luego publique una norma, que probablemente será impugnada por la industria.

"La nicotina es poderosamente adictiva", dijo el comisario de la FDA, Robert Califf, en un comunicado. "Hacer que los cigarrillos y otros productos del tabaco de combustión sean mínimamente adictivos o no adictivos ayudaría a salvar vidas".


Se espera que el proceso dure varios años y podría retrasarse o descarrilarse debido a los litigios, o ser revertido por una futura administración que simpatice con el grupo de presión del tabaco.

La nicotina es la sustancia química que hace que la gente "se sienta bien" con los cigarrillos, el tabaco de mascar, los dispositivos de vaporización y otros productos del tabaco

"La adicción a la nicotina en los productos de combustión es el principal motor del consumo continuado de estos productos", añade la FDA en su comunicado.

Otras miles de sustancias químicas contenidas en el tabaco y su humo son responsables de enfermedades como el cáncer, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades pulmonares y la diabetes, entre otras.


Comentario: Todas estas conexiones con enfermedades son, en el mejor de los casos, tenues. Los índices de tabaquismo están cayendo en picado en todo el mundo, pero las enfermedades que supuestamente causan siguen aumentando.


Aunque el tabaquismo es menos frecuente en Estados Unidos que en Europa, y lleva años disminuyendo, sigue siendo responsable de 480.000 muertes al año en el país, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Según la FDA, el 12,5% de los adultos estadounidenses fuma actualmente.

Respaldado por la investigación

El anuncio fue acogido con satisfacción por los grupos de control del tabaco.

"La Asociación Americana del Pulmón se complace en escuchar que se va a presentar una propuesta para reducir los niveles de nicotina adictiva en los cigarrillos", dijo el director general del grupo, Harold Wimmer.

"La reducción de la nicotina a niveles no adictivos en los cigarrillos es un importante paso adelante para la salud pública, e instamos a la FDA a ampliar esta propuesta para incluir todos los productos del tabaco, además de los cigarros electrónicos."

La reducción del contenido de nicotina de los cigarrillos ha sido un tema de debate durante años entre las autoridades estadounidenses.


La FDA financió un ensayo aleatorio publicado en 2018 que encontró que "los cigarrillos de nicotina reducida frente a los cigarrillos de nicotina estándar redujeron la exposición y la dependencia de la nicotina y el número de cigarrillos fumados".


Comentario: Pero, ¿realmente bajó el marcador de alguna enfermedad? El objetivo parece ser dejar de fumar, no prevenir enfermedades.


Otro estudio financiado por la FDA descubrió que si se promulgara una política de reducción de la nicotina en 2020, podría hacer que más de 33 millones de personas no se convirtieran en fumadores habituales, y evitaría más de ocho millones de muertes por enfermedades relacionadas con el tabaco para 2100.

La industria tabacalera rechaza estos estudios y afirma que, de hecho, la gente fumaría más.

Biden ha hecho de la "apuesta contra el cáncer" una pieza central de su programa y la política de reducción de la nicotina encajaría dentro de sus objetivos, con un coste mínimo.

El coste económico total del tabaquismo es de más de 300.000 millones de dólares al año, según datos de EEUU, incluyendo más de 225.000 millones de dólares en atención médica directa para adultos, y más de 156.000 millones de dólares en pérdida de productividad debido a la muerte prematura y a la exposición al humo de otros fumadores.