Más de 1.000 personas han muerto y más de 1.500 han resultado heridas por un terremoto de 6,1 grados que afectó este miércoles a las provincias de Paktika y Khost en el este de Afganistán y cerca de la frontera con Pakistán. Es el terremoto más grave por número de víctimas que se registra en estos dos países desde 2005, cuando un seísmo en Cachemira dejó 55.000 muertos en la zona paquistaní.
terremoto de Afganistán
© TwitterImagen del terremoto de Afganistán publicadas por el director de la agencia estatal afgana.
El Departamento de Información y Cultura de Paktika dijo a la agencia de noticias estatal afgana Bakhtar que solo en los distritos de Gayan y Barmal de esa provincia, más de 1.000 personas murieron y más de 1.500 resultaron heridas, sin aportar más detalles. "Se prevé que el número de muertes aumente", dijo Sharafuddin Muslim, subsecretario de Estado para la Gestión de Catástrofes, informa AP.

Además previamente un portavoz del Ministerio de Gestión y Respuesta de Desastres afgano, Mohammad Nasim Haqqani, había revelado a EFE que en Khost habían muerto 25 personas, mientras que en la provincia oriental de Nangarhar fallecieron otras cinco.


El terremoto se produjo a primera hora de la mañana de este miércoles, hora local, y tuvo su epicentro cerca de la ciudad de Khost, al sur de la capital, Kabul, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGC), que informó también de una réplica de 4,5 grados.

En Kabul, a 200 kilómetros de distancia, se sintieron "fuertes y largas sacudidas", según publicó un residente de la capital en el sitio web del Centro Sismológico Europeo del Mediterráneo (EMSC). Las fotografías publicadas en los medios de comunicación afganos y en los medios de comunicación locales mostraban casas reducidas a escombros.

También se registraron muertos en las provincias orientales de Khost y Nangarhar, dijo Mohammad Nassim Haqqani, jefe de la autoridad de gestión de desastres de la administración talibán.

"Un fuerte terremoto sacudió cuatro distritos de la provincia de Paktika, matando e hiriendo a cientos de nuestros compatriotas y destruyendo decenas de casas", anunció en Twitter Bilal Karimi, portavoz adjunto del Gobierno talibán. "Instamos a todas las agencias de ayuda a que envíen equipos a la zona inmediatamente para evitar más catástrofes".


"El Gobierno está trabajando dentro de sus posibilidades. Esperamos que la comunidad internacional y las agencias de socorro también ayuden a nuestra gente en esta situación desesperada", publicó en Twitter el líder talibán Anas Haqqani.

Ayuda internacional

Cinco helicópteros del Ministerio de Defensa afgano, más de 50 ambulancias y múltiples equipos de trabajadores sanitarios han sido desplegados en las provincias de Paktika y Khost, principales afectadas por el seísmo, para acelerar las labores de rescate y el traslado de heridos a los hospitales más cercanos.

Numerosas organizaciones humanitarias ya trabajan sobre el terreno en coordinación con las autoridades talibanes para rescatar a los supervivientes de la catástrofe, según informó en un comunicado la Oficina de la ONU para la para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

Sin embargo, las fuertes lluvias y el viento que azotan la zona no han permitido que varios de los helicópteros aterrizaran esta tarde del miércoles, continuó la OCHA, por lo que el traslado de los heridos a los centros hospitalarios se están llevando a cabo por carreteras convencionales que han sido cortadas al tráfico civil.

"Por el momento, al menos 130 heridos han sido trasladados" e ingresados en hospitales, apuntó la OCHA, que señaló que hasta 1.800 viviendas han sido destruidas y dañadas en Gayan, lo que representa el 70% del total de viviendas del distrito.

Más allá del envío de asistencia y suministros médicos, la organización solicitó el apoyo del programa WASH, encargado de sanear e higienizar el agua para permitir el consumo humano, y evitar así las posibles enfermedades que pueda desencadenar su contaminación por este tipo de catástrofes naturales.

Por su parte, el representante de UNICEF en Afganistán, Mohamed Ayoya, alertó de la situación de vulnerabilidad en la que el terremoto deja a miles de niños, al tiempo que manifestó que las autoridades afganas habían requerido su ayuda.

Escasos recursos

El Gobierno dirigido por los talibanes, que se hizo con el poder el año pasado tras la retirada de las tropas occidentales, cuenta con escasos recursos. Ya tenían problemas previos para atender las necesidades básicas del país y limitadas fuerzas para atender de manera oportuna emergencias de gran escala.

Además, al seísmo se suman las lluvias torrenciales que afectan desde hace días a ocho de las 34 provincias afganas, incluida Paktika, con al menos once muertos y 50 heridos, y más de 500 casas destruidas, dijo a EFE el Ministerio de Respuesta y Manejo de Desastres.

Afganistán suele sufrir terremotos, especialmente en la zona conocida como Hindu Kush, de gran actividad sísmica y habitual punto de origen de movimientos telúricos en la región.

A mediados del pasado enero otro seísmo de 5,3 grados sacudió el noroeste de Afganistán, matando a al menos 26 personas, según datos de la ONU, y destruyendo 800 viviendas, en su mayoría endebles casas de adobe, en diferentes distritos de la provincia de Badghis. También en octubre de 2015 un sismo de 7,7 grados con epicentro en el extremo nororiental del país dejó más de un centenar de muertos en Afganistán y casi 300 fallecidos en el vecino Pakistán, donde se registraron también más de 2.000 heridos.