Los medios de comunicación extranjeros fueron testigos de un intento fallido de asalto a la central nuclear de Zaporiyia por parte de saboteadores del Ejército ucraniano, comunicó el Ministerio de Defensa de Rusia.
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Además, el ministerio informó que Rusia, tras la petición del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), garantizó la llegada de más de 60 periodistas de diferentes países a la planta nuclear de Zaporiyia.
"A petición de la Secretaría del OIEA, para cubrir el trabajo de la misión en la central de Zaporiyia, Rusia aseguró la llegada de más de 60 representantes de medios de comunicación a la planta, incluido Francia, Estados Unidos, China, Dinamarca, Japón, Alemania, Turquía, Catar, Emiratos Árabes Unidos, Corea del Sur, Vietnam y otros países", indica el comunicado.
Según el ministerio, los medios ucranianos, y de otros países, que al parecer acompañarían a los expertos del OIEA a la planta nuclear de Zaporiyia el 1 de septiembre, no estaban en las listas acordadas de la misión.
"De acuerdo con los documentos detallados y acordados, el acceso al territorio controlado por Rusia de la región de Zaporiyia se llevaría a cabo estrictamente sobre la base de las listas enviadas previamente al Ministerio de Defensa ruso por el Departamento de Seguridad y Protección de las Naciones Unidas", subraya.
El ministerio recordó que "para cumplir con el protocolo de seguridad del trabajo de la misión, todas las personas no autorizadas, cuando intentaban cruzar la línea de demarcación junto con la caravana del OIEA, fueron detenidas y no se les permitió el paso".

Una delegación del OIEA, liderada por su director general, Rafael Grossi, llegó el 1 de septiembre a la planta de Zaporiyia y recorrió las áreas clave que tenía planeado inspeccionar, donde les mostraron las secciones dañadas por el bombardeo de las tropas ucranianas.

Grossi afirmó que mucho más queda por hacer y por eso, el OIEA mantendrá una presencia permanente en la planta.

La central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, se encuentra en el sureste de Ucrania, cerca de la ciudad de Energodar, y desde el pasado mes de marzo, permanece bajo el control de los militares rusos.

Durante las últimas semanas, Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de bombardear las instalaciones de la planta.

Moscú alega que su presencia militar en la central persigue evitar fugas de materiales nucleares y radiactivos.