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Todas las instituciones públicas de Hungría tendrán que respetar un tope de temperatura de 18 grados centígrados este próximo invierno, según ha ordenado el gobierno de Budapest.
Gergely Gulyas
© Getty Images / svetikdTambién se ha puesto en marcha un programa de leña para apoyar a la población, mientras que se aumentará la producción de lignito.
En una sesión informativa celebrada el jueves, Gergely Gulyas, ministro responsable de la oficina del primer ministro Viktor Orban, dijo: "En todas las instituciones públicas se introducirán restricciones a la calefacción, según las cuales no podrá hacer más de 18C en las oficinas".

El funcionario reconoció, sin embargo, que algunos lugares pueden tener dificultades para cumplir la norma, especialmente los que cuentan con sistemas de calefacción anticuados o carecen de termostatos. Otra medida anunciada por Gulyas es la reducción obligatoria del consumo de gas para las instituciones estatales, excepto los hospitales y las viviendas sociales.

Según el ministro, la decisión se tomó en una reunión del Gobierno celebrada el miércoles, en la que los funcionarios afirmaron que la mayor parte de Europa ya se enfrenta a la escasez de energía y a la consiguiente crisis económica.

En un tono más positivo, Gulyas aseguró a los húngaros que las reservas de gas del país centroeuropeo se sitúan actualmente en el 65,4%, lo que significa que hay suficiente combustible para 80 días. Añadió que Hungría no se está viendo tan afectada por la escasez de gas como otros Estados miembros de la UE. También argumentó que las sanciones impuestas a Rusia a raíz de su ofensiva militar contra Ucrania no han dado el resultado esperado.

Como medida de apoyo a la población, el gobierno húngaro ha lanzado un programa de leña, señaló Gulyas. Cada ciudadano tendrá derecho a comprar al menos 10 metros cúbicos de leña directamente de las explotaciones forestales a un precio fijado por el gobierno, según el funcionario.

Budapest también quiere aumentar la producción de lignito en los próximos meses, reveló el ministro.

En julio, el gobierno húngaro declaró el estado de emergencia energética.

Los precios del gas en Europa se dispararon a finales de febrero y se han mantenido considerablemente por encima de los niveles del año pasado. Esto ha contribuido a estimular un aumento de la inflación general.

Para empeorar las cosas, el gigante energético ruso Gazprom anunció el lunes que no reanudaría el suministro de gas a los consumidores de la UE a través del gasoducto Nord Stream 1, alegando problemas de mantenimiento relacionados con las sanciones. Moscú dejó claro que la situación no cambiará hasta que se levanten las sanciones occidentales.

La UE, por su parte, ha acusado a Rusia de militarizar el suministro de energía.