Estados Unidos condujo una maniobra de prueba de misil en el Ártico con la intención declarada de provocar a Rusia, según sostuvo el comandante especial para operaciones europeas de las Fuerzas Armadas norteamericanas, Lawrence Melnicoff.
US Air force
© Departamento de Defensa de EEUU
"Estamos intencionalmente tratando de ser provocativos sin escalar. Estamos tratando de detener la agresión rusa, su conducta expansionista, mediante la exhibición de capacidades mejoradas de los aliados", dijo el mando militar a la prensa estadounidense.

El ejercicio militar se llevó a cabo el miércoles 9 de noviembre a unos 5.000 kilómetros de las costas estadounidenses, en territorio noruego, y a unos 500 kilómetros de la región rusa de Múrmansk.

El lanzamiento del misil forma parte del programa Rapid Dragon ("Dragón veloz", en español) con el que Estados Unidos conduce operaciones militares en Europa. Se utilizó un avión estratégico de transporte C-130 durante la maniobra.

El programa estratégico contempla la detonación de misiles AGM-158 JASSM, de Lockheed Martin, contra objetivos terrestres y oceánicos, con una capacidad de hasta 1.900 kilómetros.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos mostró información visual sobre la prueba, donde se perciben tanto los proyectiles como el uso de paracaídas durante la maniobra, así como su arribo al agua y su detonación.


Además, Melnicoff consideró que la exhibición muestra la capacidad de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de desplegar artillería de precisión de manera coordinada en caso de escenarios de empeoramiento.

La Defensa estadounidense cataloga las operaciones de Rapid Dragon como recursos de apoyo a países aliados que no tienen capacidades de lanzamiento de bombas de largo alcance.

Además de aumentar significativamente su presencia militar en la zona ártica al paso de los años, Estados Unidos ha fomentado el ingreso de Suecia y Finlandia a la alianza atlántica, lo que permitiría agregar 1.300 kilómetros directos de frontera entre la OTAN y Rusia.