© AFPUnos estudiantes del Colegio Gujarat muestran caretas con el rostro del activista Anna Hazare durante una protesta contra la corrupción, este jueves 18 de agosto en Ahmedabad, en India.
La indignación de la población frente a la corrupción endémica en la India sacó la calle a decenas de miles de personas en la capital, que por primera vez en varias décadas dicen: ¡Basta!.
En un clima de rebelión, los habitantes de Nueva Delhi invadieron el miércoles el centro de la ciudad, enarbolando la bandera de la Unión india y coreando divisas contra la corrupción y el primer ministro, Manmohan Singh.
Sandhya Yadav, ama de casa de 54 años, vino con sus dos hijas, una de las cuales no encontró plaza en la universidad a pesar de buenas notas obtenidas en el examen de ingreso: se negó a pagar un soborno. "No podemos permanecer de brazos cruzados sin decir nada", dijo.
Muchos manifestantes confiesan que el problema de la corrupción les provoca a la vez vergüenza y rabia, porque se ven obligados a formar parte de un sistema contra el cual no tienen medios para resistir.
"Estamos tan corruptos. No vacilamos en dar coimas y la gente no vacila ni un segundo en aceptarlas. Debería darnos vergüenza", dice Anita Trehan. Esta mujer admite haber pagado una mordida de 20.000 rupias (unos 300 euros) para abrir su salón de belleza.
Estudiante de medicina, Anjali Yadav reconoce por su parte haber entregado discretamente dinero a un funcionario para conseguir el certificado de defunción de su madre. "Tuve tanta vergüenza de mí misma. Pero ahora voy a luchar contra la corrupción", afirma la mujer.
Entre 60.000 y 70.000 personas, según los organizadores, se manifestaron el miércoles en respuesta a la convocatoria de un activista radical, Anna Hazare, que quiere recurrir a la huelga de hambre para presionar al gobierno. Este militante de 74 años, admirador de Gandhi -con quien comparte cierto parecido físico- exige endurecer un proyecto de ley que exime al primer ministro y a magistrados de alto rango de la posibilidad de ser juzgados por corrupción. El texto está siendo debatido en el Parlamento.
Hazare fue detenido el martes en una cárcel en el norte de la capital, siendo luego liberado por las autoridades, medida que él mismo rechazó mientras el gobierno no le reconozca el derecho a realizar una huelga de hambre.
La población respalda su rechazo a los escándalos reiterados que estallaron en el gobierno de Manmohan Singh, pero denuncia sobre todo la cultura endémica de corrupción que envenena su vida cotidiana.
Avantika Rohatgi, una estudiante de 18 años, cuenta por ejemplo haber obtenido su licencia de conducir a cambio de un discreto pago en efectivo. "Si no se acepta hacer ese tipo de cosas, no se consigue nada. Hay que terminar con esa mentalidad y hay que hacerlo ya", dijo.
En la India, aunque uno sea rico o pobre no se puede obtener una conexión telefónica, una autorización comercial o el ingreso a una escuela sin sobornar a alguien.
Interrogado durante una manifestación gigante en Nueva Delhi, un empleado público jubilado, Srinivas Krishna, predijo que la ola de manifestaciones va a terminar despertando a todo el país.
Unos estudiantes del Colegio Gujarat muestran caretas con el rostro del activista Anna Hazare durante una protesta contra la corrupción, este jueves 18 de agosto en Ahmedabad, en India.
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