Los bancos centrales de los países en desarrollo incrementan sus compras de oro para protegerse de Occidente, sugiere el presidente ejecutivo de World Gold Council, David Tait. Aunque esta tendencia se inició en 2013, recientemente se acentuó.
oro dolar
El presidente de la firma de gestión de servicios financieros Rockefeller Capital Management, Ruchir Sharma, añade que el aumento de reservas de oro va acompañado de una reducción del dólar en estos bancos centrales y que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, blindó la economía de su país en 2016 ante el desplome de los precios del petróleo dos años antes y la posterior fuga de capitales.

La compra de oro es la más elevada desde que se empezó a llevar registros al respecto en 1950. Además, los bancos centrales representan el 33% de la demanda global del metal precioso, y 9 de sus 10 principales compradores entre bancos centrales son de "naciones en desarrollo", como China, India y Rusia, por lo que "no es coincidencia que estos tres países estén en conversaciones con Brasil y Sudáfrica sobre la creación de una nueva moneda para desafiar al dólar", puesto que forman parte del bloque económico BRICS.

La congelación de activos rusos en el extranjero y la desconexión de Rusia del sistema SWIFT impulsados por la Administración Biden llevaron a los países a acelerar su proceso de desdolarización, puesto que "quedó claro que cualquier nación podría ser un objetivo". La política sancionatoria de Occidente, de hecho, ha ido a más con el paso del tiempo. En 1990, solo el 10% de los países estaban sancionados, y ahora casi un tercio de las naciones están bajo sanciones. La "militarización" del dólar ha conllevado que hasta aliados habituales suyos, como Filipinas y Tailandia, también estén buscando alternativas a la divisa estadounidense.

Los países exportadores de oro decidieron aumentar su producción a la demanda creciente: Uzbekistán dijo que incrementaría sus volúmenes anuales de 105 a 150 toneladas, y China, Rusia y Australia ya representan el 31% del oro minado en 2022, con 300 toneladas al año. Los precios bursátiles de este metal precioso rondan los 2.000 dólares por onza y están cada vez más cerca de alcanzar los niveles más altos de la historia.