Traducido por el equipo de SOTT.net
trans stands alone lia thomas
Durante mucho tiempo se ha tachado a los conservadores de "transfóbicos" por negarse a aceptar que "las mujeres trans son mujeres", especialmente cuando se trata de la inclusión de hombres biológicos en deportes femeninos de competición, pero resulta que incluso los Institutos Nacionales de Salud (NIH) saben que, aun después de que un hombre "transicione" médicamente, tiene una importante "ventaja fisiológica" sobre sus oponentes femeninas.

La cuestión, dolorosamente obvia, ha provocado protestas en todo el país, con la comunidad LGBTQ+ insistiendo en que no hay nada malo en que un hombre corpulento destroce los récords de las atletas femeninas, mientras que las mujeres de verdad luchan por la supervivencia del deporte femenino.


Si de verdad hemos de creer a "la Ciencia", el pasado mes de agosto, los NIH volvieron a compartir lo que debería haber sido la respuesta definitiva sobre el controvertido tema.

Según un importante estudio, "la fisiología masculina proporciona una ventaja en el rendimiento atlético".

"La mayoría de los deportes de élite se clasifican en divisiones masculina y femenina debido al mayor rendimiento atlético que muestran los varones", según el estudio. "Sin la división por sexos, las mujeres tendrían pocas posibilidades de ganar porque los hombres son más rápidos, más fuertes y tienen mayor capacidad de resistencia".

"La fisiología masculina sustenta su mejor rendimiento atlético, incluyendo una mayor masa y fuerza muscular, huesos más fuertes, una estructura esquelética diferente, sistemas cardiorrespiratorios mejor adaptados y efectos de desarrollo temprano en las redes cerebrales que inducen a los varones a ser intrínsecamente más competitivos y agresivos", muestran las conclusiones.

El estudio, realizado por expertos de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), señala que tomar hormonas femeninas no cambia estos hechos biológicos.

"La fisiología masculina no puede ser reformateada por la terapia de estrógenos en atletas transexuales porque la testosterona ha impulsado efectos permanentes a través de la exposición temprana en la vida", revela el estudio.

En el deporte de competición, argumentan los autores, no se puede ignorar la "masa muscular".

"Durante muchas décadas, se ha reconocido que la testosterona impulsa la masa muscular y existen claras diferencias de sexo", escriben. "Por ejemplo, los atletas de élite masculinos tienen, de media, más masa muscular que las atletas de élite femeninas, para cualquier peso corporal dado".

La diferencia es significativa.

"Los hombres tienen aproximadamente el doble de área transversal de músculo en la parte superior del cuerpo y un 30% más de área transversal de músculo en la parte inferior del cuerpo que las mujeres", afirma el estudio.

No cabe duda, concluyen los autores: "La antigua fisiología masculina de las atletas trans les proporciona una ventaja fisiológica sobre las atletas cis femeninas".

En aras de la "equidad", los investigadores concluyen: "Hay que reconsiderar la inclusión de las mujeres trans en la división de la élite femenina".

Una vez más, es absurdo que se necesite a un grupo de investigadores de Nueva Zelanda para señalar lo que cualquiera con ojos puede ver claramente, pero los NIH han publicado anteriormente documentos que niegan la ventaja.

Durante la administración Trump, la agencia federal compartió un estudio que concluía que "no hay ninguna investigación directa o consistente que sugiera que las personas transgénero femeninas (o masculinas) tengan una ventaja atlética en cualquier etapa de su transición (por ejemplo, hormonas cruzadas, cirugía de confirmación de género) y, por lo tanto, las políticas deportivas competitivas que imponen restricciones a las personas transgénero deben ser consideradas y potencialmente revisadas".


Ese estudio se ha utilizado desde entonces para rebatir los argumentos de atletas como Riley Gaines, que afirman que los hombres biológicos están destruyendo el deporte femenino y robando oportunidades a las mujeres biológicas.


Mientras tanto, los NIH intentan aparentemente mantenerse neutrales.

"Como tal, la Biblioteca Nacional de Medicina (NLM) proporciona acceso a la literatura científica", rezaba el descargo de responsabilidad de los NIH sobre el estudio neozelandés. "La inclusión en una base de datos de la NLM no implica la aprobación o el acuerdo con los contenidos por la NLM o los Institutos Nacionales de Salud".


Melissa Fine es antigua editora ejecutiva de las revistas Casino Player, Strictly Slots y Poker Digest. Es licenciada por la UCLA, adicta a las noticias y seguidora incondicional de Stargate SG-1. Actualmente vive con su perro y sus dos gatos en un pueblecito a las faldas de Sierra Nevada.