© AFPCombatientes del Ejército Libre Sirio
Es bastante sorprendente este artículo del periódico
El País. Está diseñado como una pieza de propaganda a favor de la oposición armada al gobierno sirio. Salvo que la periodista, Mayte Carrasco, quien al parecer se quedó varias veces junto a miembros del Ejército Libre Sirio, es una profesional y reporta hechos que son edificantes y contradicen su discurso propagandísco de un modo evidente:
el dinero extranjero, y los numerosos combatientes extranjeros de todo el mundo, Francia, Australia, España ...
Y figúrese que entre estos combatientes extranjeros, incluso hay
no musulmanes, es decir, soldados o agentes de los países occidentales, o mercenarios reclutados y pagados por Occidente. Incluso tenemos un famoso gran batallón del Ejército Libre Sirio que está formado, dirigido y financiado por un miembro de una familia adinerada de Dubai (prototipo de la democracia tal como la conocemos). Cada vez hay menos sirios, como bien lo hacen comprender el título y el subtítulo del artículo.
Los combatientes no podrían llevar a cabo operaciones de combate real, a menos que el comando fuera asumido por la sede de la ASL en Turquía, es decir, en realidad por los "asesores" estadounidenses, británicos y franceses. Los combatientes no se molestan en tomar prisioneros, excepto para
fusilarlos o decapitarlos con una motosierra. El peso de los salafistas, por el contrario, está claramente indicado, tanto en términos de la presencia humana como de la contribución financiera suficientemente significativa como para ser negada por la periodista que convivió durante un tiempo con el llamado Ejército Libre Sirio.
Tal vez fue el trabajo de reescritura hecho en Madrid lo que llevó a este extraño resultado:
El Ejército Libre Sirio cambia de rostro- Los rebeldes endurecen sus acciones en la guerra y asesinan a quienes consideran traidores
- Cada vez hay más extranjeros en sus brigadas
Por Mayte Carrasco, Diario El País, España, 21 de agosto de 2012.Asad, el León de Rankús, sonríe a los visitantes como si hubiera tenido un día magnífico. Sin embargo, este comandante del Geish al Hor (
Ejército Libre de Siria, ELS) que comparte nombre con su mayor enemigo, el presidente
Bachar el Asad, ha sufrido hace unos 30 minutos una emboscada en la que ha perdido a uno de sus hombres. "No he podido recoger su cadáver porque la bomba lo ha destrozado en varios pedazos", explica. Además,
acaba de darle una paliza a un traidor al que ha interrogado durante tres horas. De rodillas, sin un solo signo de fatiga, el León coge un trozo de pan y come como si nada, hablando sobre antigüedades bizantinas.
Eso es lo que más sorprende de los combatientes del ELS, su constancia, su voluntad de morir por la victoria y luchar hasta el final. Un sentimiento que se ha reforzado a medida que ha avanzado el conflicto, que comenzó en marzo de 2011. El ELS nació un poco más tarde, en otoño de ese año, cuando hartos de ver la brutal represión de las manifestaciones pacíficas (musájara), que acababan con asesinatos de indefensos opositores y con la mitad de los participantes en prisión, muchos decidieron tomar las armas, comprarse un fusil e ingresar en el ELS para defender a sus familias.