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Los acontecimientos que últimamente ha vivido Oriente Próximo no deben analizarse como procesos sociales y económicos de cada país sino en función de la confrontación geopolítica entre las fuerzas que buscan aumentar su influencia en la zona.Según opina el analista político Gumer Isáyev, citado por el portal
Rodon.org, la primavera árabe no solo conllevó un cambio de regímenes en la región, sino que también debilitó considerablemente a los países que desempeñaban un papel importante en la geopolítica de
Oriente Próximo, en particular, Egipto, Libia y Siria.
Isáyev cree que la "nueva era" en la historia de la región comenzó con el plan de George W. Bush de "democratización del Gran Oriente Medio" que, según el experto,
no fue más que un intento de establecer la hegemonía estadounidense en esta zona. La Casa Blanca solo necesitaba deshacerse de los "restos" de la guerra fría como Irak, Libia, Siria e Irán. La guerra en Irak fue uno de los primeros ataques a la antigua estructura de Oriente Próximo y marcó el inicio de una nueva etapa en su historia.
'Auge y caída' de IránPor su parte, Irán fue capaz de utilizar este factor desestabilizador en sus fronteras para su propio beneficio. Varias autoridades estadounidenses exigían la continuación de la guerra en Irak a través de un ataque contra Irán. Pero las fuerzas de
EE.UU. para un conflicto a gran escala no eran suficientes en aquel momento, considera Isáyev. Irán, no obstante, aprovechó la operación estadounidense en Irak para avanzar en el liderazgo regional.
Comentario: Comentario: ¿No le recuerda esto a algo que ha ocurrido en alguna otra ocasión?
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